Meloni se convirtió en la primera mujer en tomar las riendas del Gobierno italiano cuando el país encaraba numerosas crisis superpuestas. Expertos opinaron que el gabinete liderado por ella se enfocará en las políticas domésticas en consonancia con su lema “Italia primero”.
Originalmente calificada por el público como carente de liderazgo, la nueva presidenta del Consejo de Ministros formó un aparato con varios políticos veteranos, lo que ha calmado en parte a los aliados de la nación mediterránea.
A saber, Giancarlo Giorgetti, miembro de La Lega e integrante del gabinete de Draghi, fue elegido ministro de Economía, y Antonio Tajani, del partido Forza Italia y expresidente del Parlamento europeo, vice primer ministro y titular de Asuntos Exteriores.
Tanto los italianos como la comunidad internacional albergan la esperanza de que el recién constituido gabinete sea capaz de solventar temas candentes en materia de salud, economía y diplomacia. Al igual que sus predecesores, Meloni enfrenta la espinosa y persistente cuestión de revivir la estancada economía nacional, cuya deuda pública se sitúa a más del 150 por ciento del Producto Interno Bruto.
Dificultan aún más el problema la inflación galopante y la escalada de los precios de la energía a causa de las tensiones geopolíticas regionales. En septiembre último la tasa inflacionaria aumentó hasta el 8,9 por ciento. La Confederación General de la Industria Italiana urgió recientemente a un paquete de ayudas gubernamental de entre 40 y 50 mil millones de euros para salvar a miles de empresas de la quiebra por el encarecimiento de la energía.
Según un informe del instituto de investigación económica Cerved, en la ciudad industrial de Terni, hasta el 24,5 por ciento de las 16 mil empresas encuestadas corren el riesgo de caer en bancarrota en el futuro cercano. Casi el 70 por ciento de los italianos consultados compartieron su intención de moderar las compras a finales del año debido a la inflación y la fuerte subida de los costos de energía.
Otro quehacer de la flamante Administración consiste en ejecutar las reformas prometidas para que la Unión Europea (UE) termine desembolsarle más de 200 mil millones de euros para la recuperación después de la pandemia de Covid-19. Durante el mandato del premier predecesor, fueron entregados 70 mil millones.
Al respecto, Meloni reveló que una parte de ese monto podría emplearse para ayudar a los consumidores nacionales frente a la actual tormenta de precios.
En cuanto a la diplomacia, las presentes políticas generan dudas entre los socios y son fundamentadas, pues para la UE, un Gobierno derechista en Italia podría conllevar a conflictos con el bloque en asuntos como políticas migratorias o las relacionadas con la situación en Ucrania.
Pese al declarado rechazo de Meloni a las políticas extremistas como la de retirar al país de la UE, su mano dura con la migración posiblemente chocaría con el espíritu común del mecanismo continental.
Por otro lado, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresaron el deseo de impulsar una cooperación constructiva con las nuevas autoridades italianas para hacer frente a los retos comunes.
Mientras, los ciudadanos italianos ansían un nuevo soplo de las reformas del Gobierno que ayude al país a superar las actuales adversidades.