El Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec) expresó su preocupación porque en abril el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el país aumentó 8,4 por ciento respecto al mes anterior y 108,8 por ciento interanual, el nivel más alto durante más de 30 años.
Según el Indec, la inflación en la tercera economía de Latinoamérica continúa su fuerte tendencia alcista. En marzo de 2023, la tasa de inflación en Argentina registró un 7,7 por ciento, un crecimiento del 6,0 y del 6,6 por ciento en comparación con enero y febrero, respectivamente.
El alza del IPC el mes pasado superó la previsión de menos del 7,2 por ciento del Banco Central de la República Argentina. Según consultores económicos, la inflación en la tercera economía de América Latina aumentará este año a 126,4 por ciento.
La macroeconomía de Argentina atraviesa un momento retador debido al impacto de una severa sequía sobre la agricultura y la ganadería, que daña las exportaciones del sector que constituye la mayor fuente de divisas del país. El Fondo Monetario Internacional pronosticó que el Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina solo crecerá 0,2 por ciento en 2023. Más pesimistas son algunas firmas de consultoría financiera según las cuales la tercera economía de América Latina encajará un crecimiento negativo.
En el vecino Brasil, la tasa de inflación se mantiene alta a pesar de registrar una caída durante casi un año. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, en abril la mayor economía de la región registró deflación por décimo mes consecutivo.
En ese mes, el IPC en Brasil disminuyó 0,1 por ciento respecto al mes anterior, pero en el último año la inflación en el mayor país de América Latina se ha mantenido en un nivel alto de 4,18 por ciento. En consecuencia, los analistas creen que el Banco Central de Brasil (BCB) no tendrá prisa por iniciar el ciclo de reducción de tasas. La semana pasada, el ente decidió mantener la tasa base sin cambios por sexta vez consecutiva a pesar de la constante presión del gobierno para bajarlas.
En septiembre de 2022, el BCB decidió mantener el tipo de referencia en 13,75 por ciento, luego de 12 alzas consecutivas. Esa es la cifra más alta en Brasil desde enero de 2017. Desde que asumió el cargo en enero de este año, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva ha afirmado que dicha tasa de interés tiene un impacto negativo, especialmente para las empresas y el mercado laboral.
El gobierno brasileño está preocupado por una recesión económica en el mediano plazo, tras una caída del 0,2 por ciento del PIB en el último trimestre de 2022. Los economistas pronosticaron que Brasil terminará 2023 con una inflación del 5,95 por ciento. De cumplirse el augurio, la inflación en la primera economía de América Latina superará el techo objetivo por tercer año consecutivo.
Una presumible alza de la inflación ha llevado al BCB a mantener altas las tasas de interés. El ente regulador financiero enfatizó lo riesgoso que es el entorno exterior, especialmente porque el sistema financiero mundial aún no se recupera de las consecuencias de la crisis del Credit Suisse, el segundo mayor banco de Suiza. El BCB aún necesita llevar a cabo la tarea básica de garantizar la estabilidad de precios al consumidor interno.
La decisión del BCB de mantener sin cambios las tasas de política monetaria estuvo en línea con las expectativas de los economistas. Las firmas de consultoría financiera en Brasil afirmaron que el BCB solo comenzará a bajarlas en la segunda mitad del año, con 12,5 por ciento en diciembre. Según Infinity Asset, con la tasa de interés de referencia actual, esta nación muestra las más altas tasas de interés reales del mundo.