Después de reunirse el 2 de mayo con su par argentino, Lula de Silva enfatizó que hará todo lo posible para ayudar a Argentina en este momento tan difícil y expresó el compromiso de ayudar a Buenos Aires en las negociaciones para reestructurar su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El dirigente del mayor país de América Latina anunció que discutirá con los socios del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a fin de brindar asistencia a países que, como Argentina, no forman parte del bloque.
Durante cuatro horas en el Palacio Alvorada, ambos dirigentes se centraron en debatir medidas destinadas a recuperar el comercio bilateral, afectado por las contingencias macroeconómicas que enfrenta Argentina como la escasez de divisas, la alta inflación y la sequía prolongada.
El uso de monedas nacionales en el comercio transfronterizo fue una de las iniciativas en las que los dos presidentes pusieron especial interés. De este modo, Brasil podrá disminuir los riesgos financieros derivados de las variaciones del valor del dólar estadounidense, al tiempo que aumentan las reservas de divisas de Argentina.
Ambos países avanzan hacia una integración económica más profunda, en la que se contempla una moneda común. En los encuentros efectuados a principios de año, Fernández y Lula de Silva se fijaron la meta de superar las barreras en las transacciones, simplificar y modernizar las reglas, así como estimular el uso de las monedas locales.
En especial, acordaron organizar discusiones sobre una divisa sudamericana común que pueda usarse tanto en el sector financiero como en el comercial, lo que ayudará a reducir los costos operativos y sortear otros obstáculos externos. La moneda común entre ambos países, propuesta por Brasil, se llamará Sur.
Los dos presidentes se mostraron esperanzados en que con la creación de esta moneda aumentara el comercio en la zona y se dependiera menos del dólar estadounidense. La iniciativa, que comenzó como un proyecto bilateral, se extenderá probablemente a otras naciones latinoamericanas.
Brasil y Argentina está trabajando por establecer una relación pacífica por el desarrollo común. Además, han alcanzado acuerdos en materia de defensa nacional, salud, ciencia, tecnología, innovación e integración financiera.
Las empresas brasileñas están interesadas en un proyecto de gasoducto de tres mil millones de dólares que llevará el nombre del extinto presidente Néstor Kirchner. Se trata del proyecto de transporte de gas natural desde Argentina más importante de los últimos 40 años. El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil tomó la decisión de invertir 689 millones de dólares en la segunda fase del proyecto Néstor Kirchner. Se trata de un gasoducto del campo Vaca Muerta, en la sureña provincia argentina de Neuquén, una de las zonas con mayores reservas de petróleo y gas no convencional del mundo.
El fortalecimiento de la cooperación bilateral favorecerá los esfuerzos de integración regional de Brasil y Argentina, ya que ambos países buscan regresar a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), una organización regional intergubernamental establecida en 2008.
Ambos países también se comprometieron a consolidar Mercosur en medio de las necesidades de impulsar el comercio dentro y fuera del bloque. Las mercancías del bloque desempeñan un papel trascendental en el mercado internacional, especialmente debido a que el conflicto en Ucrania ha afectado la cadena global de suministros.
Establecido en 1991, Mercosur tiene cinco miembros oficiales: Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Paraguay. Es un importante centro de producción de alimentos, materias primas y energía, y un mercado de alto potencial con más de 280 millones de consumidores.
Promover programas de cooperación e integración en América Latina a través de los mecanismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, restablecer UNASUR y crear consenso en las políticas comunes del Mercosur, constituyen metas a que apuntan Brasil y Argentina. En el actual contexto mundial, fortalecer la cooperación e impulsar la integración regional contribuirán a potenciar los recursos internos en función del desarrollo sostenible.