Unos cinco mil delegados de casi 200 países y territorios de todo el mundo se reunieron en la Conferencia Consultiva anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada recientemente en la ciudad de Bonn, en el oeste de Alemania.
En la conferencia se debatieron políticas climáticas y se evaluaron los avances de los países en el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático.
Sin embargo, los activistas medioambientales expresaron su decepción por el hecho de que en el evento, de más de 10 días de duración, apenas se avanzara en cuestiones clave sobre el cambio climático, como los combustibles fósiles o la financiación para el clima.
El planeta azul parecía haber enviado un mensaje a la conferencia en Bonn. Mientras los enviados de los países se reunían alrededor de la mesa de negociaciones, la temperatura media del aire en la superficie de la Tierra subió 1,5 grados centígrados a principio del mes de junio, un máximo histórico para los inicios del verano en el hemisferio norte.
Por otro lado, las conversaciones sobre el clima entre China y Estados Unidos, los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, aún no se han reanudado tras un largo retraso. Mientras tanto, las temperaturas en la capital china, Pekín, batieron un nuevo récord en junio, y las olas de calor extremo se han azotado Estados Unidos. Antes de la festividad del 4 de julio, Día de la Independencia, se recomendó a la mitad de la población estadounidense que tuviera cuidado al salir a la calle debido al intenso calor y a la mala calidad del aire provocados por el humo de los incendios forestales en Canadá.
Según la Organización Meteorológica Mundial, Europa es el continente que más rápido se calienta del mundo, con el doble de la media mundial desde los años ochenta.
La temperatura media del planeta ha subido casi 1,2 grados centígrados desde los niveles preindustriales, mientras en Europa esa cifra es de 2,3. En 2022, varios países europeos como Francia, Alemania, Italia, Portugal, España y el Reino Unido sufrieron sus veranos más calurosos.
Se pronostica que los climas ya duros en los Estados del Golfo sean aún más extremos. Según el Ministerio de Salud saudí, tan solo el 29 de junio último, cerca de dos mil musulmanes sufrieron golpes de calor durante la peregrinación bajo el inclemente sol del desierto.
De acuerdo con investigadores, hacia fines de siglo la temperatura en el Golfo durante el verano puede llegar a 50 grados centígrados.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas incluso advirtió que, para fines de siglo, muchas áreas del Golfo ya no serán habitables debido al calentamiento global.
La capacidad de frenar la velocidad de este fenómeno depende en gran medida de que los países cumplan sus compromisos de reducción de emisiones. La mayoría de las naciones aspiran a alcanzar emisiones netas cero a mediados de siglo, mientras que China e India se han comprometido a hacerlo en 2060 y 2070, respectivamente.
Según una reciente evaluación, casi todos los 35 países que representan las cuatro quintas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo obtienen una puntuación baja en sus planes de neutralidad de carbono.
Los científicos estiman que, hasta el 2030, el mundo necesita reducir las emisiones de CO2 en aproximadamente un 43 por ciento más que en 2019, para lograr el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de los 2,0 grados centígrados.
El tiempo se acaba y los fenómenos meteorológicos extremos recuerdan al mundo que el planeta verde está en la cuenta atrás hacia la catástrofe climática.