La resolución, calificada por la comunidad internacional de sensata y adecuada a las prácticas reales, recibió el visto bueno de los 14 Estados miembros del Consejo de Seguridad.
La votación se llevó a cabo luego de que el Presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, hiciera un llamamiento a la solidaridad internacional con las víctimas de una doble explosión ocurrida la semana pasada en Mogadiscio, la capital del país, que dejó casi 300 heridos y al menos 120 muertos.
En el texto, el Consejo de Seguridad se comprometió a seguir de cerca la situación en el país árabe y señaló estar dispuesto a revisar las disposiciones estipuladas dependiendo del acontecer político allí.
La Unsom fue creada por el Consejo de Seguridad el 3 de junio de 2013 con el cometido de respaldar al Gobierno Federal de Somalia y a la Misión local de la Unión Africana (Amisom, en inglés) a trazar políticas estratégicas en administración nacional, reforma de seguridad y desarrollo del sistema federal, entre otras esferas. Paralelamente, ayuda a coordinar las donaciones internacionales y la capacitación del Gobierno.
La consecutiva explosión de dos coches bomba del 29 de octubre último contra la sede del Ministerio de Educación es un doloroso ejemplo de la inseguridad en tierras somalíes. Se trata de un área capitalina de mucho tráfico donde están asentadas importantes instituciones gubernamentales. Tras la explosión del primer coche, cuando la gente se afanaba en rescatar a las víctimas, fue detonado el segundo. El grupo yihadista Al Shabab, ligado a la red terrorista internacional Al-Qaeda, asumió la autoría del ataque.
El presidente Hassan Sheikh Mohamud llamó al envío de médicos internacionales a los hospitales locales para tratar a los heridos, al tiempo que advirtió sobre un mayor número de muertos a causa de la falta de equipamiento y la sobrecarga de los centros asistenciales. También instó a los ciudadanos a mantenerse unidos contra el terrorismo y apoyar a los damnificados.
Una semana antes, elementos armados del grupo Al Shabab asaltaron el hotel Tawakal, ubicado en el centro de la sureña ciudad portuaria de Kismayo, con un saldo de nueve muertos y 47 heridos. Varias de las víctimas eran alumnos que salían de una escuela cercana.
Previamente a ese atentado se produjo otro que también dejó muchas muertes, ejecutado por los mismos insurgentes contra una base militar localizada 160 kilómetros al noreste de Mogadiscio y donde originalmente estaba estacionada la Amisom.
El Al-Shabaab señaló que los sangrientos ataques tenían por objetivo derrocar al Gobierno y establecer sus propias normas de gobernación en virtud de las estrictas disposiciones de la sharía (ley islámica). Pero las operaciones armadas cada vez más osadas de este movimiento solo han conseguido fortalecer la solidaridad internacional hacia las autoridades y la gente del país africano.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó firmemente los atroces ataques y reiteró que la organización se solidariza con Somalia contra el extremismo violento. La Unsom igualmente se comprometió a acompañar la lucha somalí contra el terrorismo.
Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, aseveró que Washington mantendrá el apoyo a esta nación en sus esfuerzos por impedir las acciones terroristas.
Mientras, Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, reafirmó el compromiso del bloque de apoyar al pueblo de Somalia y hacer que los responsables de “estos ataques cobardes” rindan cuentas.
La violencia nunca ha sido el camino hacia la seguridad y la estabilidad. La comunidad internacional insta a los yihadistas Al-Shabaab y otras fuerzas armadas a poner fin al extremismo y reinstaurar la vida pacífica de los somalíes.