Después de ocho incrementos consecutivos del tipo de interés, el BoC declaró que detendría su campaña de endurecimiento de la política monetaria y no volvería a subir esas cifras si la inflación bajaba como se esperaba.
Aunque mantuvo su tasa de referencia en 4,5 por ciento, una caída significativa frente al nivel pico de ocho por ciento en junio de 2022, el banco dejó abierta la posibilidad de mantenerla al alza por un tiempo debido a la presión salarial en un mercado laboral ajustado y precios de servicios rígidos.
La inflación en Canadá descendió al 4,3 por ciento en marzo último, su menor valor en 19 meses, después de alcanzar un máximo de 8,1 por ciento en 2022. El BoC prevé que caerá al tres por ciento este verano incluso si la economía sigue creciendo modestamente, y que luego, hacia fines de 2024, disminuya al dos por ciento.
Aun así, en una reunión de establecimiento de políticas el mes pasado, funcionarios del ente sopesaron otro aumento considerando un mercado laboral persistentemente ajustado y un crecimiento más fuerte de lo esperado.
Al alertar sobre un mayor impacto si resurgieran las tensiones financieras mundiales, Macklem alegó que el BoC tiene las herramientas para proporcionar liquidez mientras continúa trabajando para estabilizar los precios. “Pero existe el riesgo de que estos ajustes tomen más tiempo o se estanquen, y la inflación se atasque por encima del objetivo del dos por ciento”, agregó.
El crecimiento de Canadá en el primer trimestre de 2023 se debe principalmente a una fuerte recuperación en enero, impulsada por una alcista demanda laboral y condiciones climáticas favorables a la reactivación de varias actividades estancadas por mucho tiempo.
Sin embargo, la tendencia a la reanimación no duró a causa de la política monetaria restrictiva adoptada por el BoC para enfriar la inflación. Según Statistics Canada, el Producto Interno Bruto (PIB) nacional cayó 0,1 por ciento en marzo, luego de repuntar 0,6 y 0,1 en dos meses seguidos. A pesar del retroceso con respecto a principios de año, la economía canadiense creció un 2,5% intertrimestral en comparación con los tres primeros meses de 2022.
Muchos hogares canadienses tienden a aumentar sus gastos ahora que se han levantado las restricciones sanitarias por el Covid-19 y que el banco central ha dejado de subir los tipos de interés. Sin embargo, los expertos señalan que la escalada de esas tasas produce un impacto retardado, lo que significa que más adelante los hogares sentirán más claramente el estrés financiero.
En el caso de las empresas, se verán más afectadas porque han de incrementar los costos pese al descenso en la demanda doméstica e internacional.
El gobernador del BoC admitió que el alza de tipos de interés ha obligado a los hogares a limitar sus expensas diarias, especialmente en los artículos de lujo. Muchos tienen dificultades para pagar las hipotecas, mientras las compañías recortan la inversión y el comercio ante una menor demanda de los consumidores.
En ese sentido, se pronosticó que el PIB de Canadá seguirá encogiéndose en los últimos meses del año antes de rebotar en 2024.
De acuerdo con un informe del Banco Royal de Canadá, la morosidad en el país será más grave en los próximos años, cuando los hogares endeudados enfrenten los tipos de interés de los préstamos alcistas y crezca la tasa de desempleo. La relación entre la deuda de los hogares canadienses y la renta disponible se situó en el 180,5% en el cuarto trimestre de 2022, similar a los niveles anteriores a la crisis de 1948.
En opinión de expertos, otro incremento de las tasas de interés por el BoC influirá adversamente sobre la ya sombría economía canadiense, que, según predijeron la mayoría de los analistas de su sector privado, corre el riesgo de recesión leve a finales de este año.
Además, la prolongada huelga de 150 mil empleados del Gobierno Federal endurece la presión sobre la economía del país.