Enfriar controversias en la era post-Brexit

El Gobierno del Reino Unido anunció que su jefe, Rishi Sunak, alcanzó un nuevo pacto con la Unión Europea sobre las normas comerciales posteriores al Brexit en Irlanda del Norte, con la esperanza de mejorar las relaciones con el bloque continental.
Foto de ilustración.
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El pacto busca poner fin a las disputas sobre el despliegue de los acuerdos post-Brexit en 2020 en dicho territorio británico y mantener abierta la frontera norirlandesa con la República de Irlanda, el único miembro de la UE que bordea el reino. Más que nada, el público espera que pueda acabar el estancamiento político en Irlanda del Norte y calmar las críticas allí contra Londres.

Las disposiciones del documento fueron aprobadas por Sunak y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una reunión en un hotel al oeste de la capital del Reino Unido.

Con más de 100 páginas, el acuerdo supuestamente estipula ajustes como que la UE ya no requiere certificación aduanera y zoosanitaria para la entrada de Gran Bretaña a Irlanda del Norte de productos etiquetados “NI-Only” (venta exclusiva en Irlanda del Norte). El bloque también libera de normas a los paquetes transportados por el servicio de correos desde sus naciones miembros y Gran Bretaña a Irlanda del Norte.

El texto descarta la necesidad de preparar un pasaporte para mascotas viajando con sus dueños entre las dos regiones británicas, aunque en el caso de la UE todavía se lo pide.

Aborda, además, cambios que eximirán a las empresas de acero británicas de pagar el arancel de 25 por ciento publicado en agosto de 2022 sobre sus ventas en Irlanda del Norte.

Romper el punto muerto

Se espera que el pacto simplifique el protocolo de control del flujo de bienes desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte y otorgue a los legisladores norirlandeses autoridad sobre algunas de las reglas comerciales que la UE impone en ese territorio en virtud de los acuerdos Brexit. El Gobierno del Reino Unido podrá establecer igualmente más normas tributarias y de subvención estatal.

Así han dado fruto los esfuerzos de negociación de las dos partes para buscar soluciones a los complejos desafíos relacionados con el Protocolo de Irlanda del Norte. Esta tarea es crucial para el Acuerdo de Retirada entre la UE y el Reino Unido, que permite a Irlanda del Norte permanecer en el mercado de los Veintisiete para evitar una “frontera dura” en la isla de Irlanda.

El Gobierno británico recorrió un camino espinoso con discrepancias internas para llegar a un consenso con los interlocutores. El secretario de Estado para Relaciones Exteriores, James Cleverly, declaró que el reino no sellaría con la UE ningún acuerdo temático sin el apoyo del Partido Unionista Democrático (DUP, en inglés), el partido pro-Londres más grande en Irlanda del Norte.

Las negociaciones británicas en torno a un marco para esa región, ahora conocido como Protocolo de Irlanda del Norte, se centraron en abordar las preocupaciones del DUP, dijo Cleverly. Entretanto, las encuestas revelaron que la mayoría del electorado norirlandés, inicialmente oponente al Brexit, y una buena parte de los diputados electos a la Asamblea de Irlanda del Norte en 2022 se mostraron a favor del documento.

Sin embargo, numerosos partidarios del Reino Unido temen que el control sobre ciertos productos procedentes del resto del país a tierras norirlandesas en función del protocolo debilite los eslabones bilaterales.

Según un reciente sondeo de la Universidad de Queen's Belfast (Irlanda del Norte), el 53 por ciento de los consultados dijeron que serán adecuadas medidas más suaves a la hora de manejar el impacto del Brexit, un punto porcentual menos que en los últimos tres meses. El número de adversarios aumentó de 34 a 38 por ciento.

El estancamiento vinculado con los pactos posteriores al Brexit ha forzado a Londres prorrogar un año el sufragio destinado a formar un nuevo Gobierno en Irlanda del Norte. A saber, la convocatoria al respecto puede lanzarse en cualquier momento de aquí al 18 de enero de 2024.

Oportunidad para fortalecer la paz y la prosperidad

El retraso en lograr la UE una voz común con su exmiembro ha inquietado a Estados Unidos bajo el supuesto de que la inestabilidad en la isla de Irlanda podría amenazar el Acuerdo de Viernes Santo, firmado en 1998 para poner fin a un conflicto prolongada allí durante décadas.

Por lo tanto, el país norteamericano aplaudió el flamante pacto, considerándolo una oportunidad de fortalecer la paz y la prosperidad. Su presidente, Joe Biden, apuntó en un comunicado: “Es un paso esencial para garantizar la paz tan duramente ganada y preservar y fortalecer el progreso en el Acuerdo de Viernes Santo”.

El mandatario expresó su confianza en que los ciudadanos de Irlanda del Norte, incluidos los empresarios, saquen el mejor provecho de las oportunidades económicas que vienen con el documento. Ratificó el respaldo de Washington al despliegue del gran potencial económico regional.

John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, calificó el fin a las tensiones sobre la regulación comercial en Irlanda del Norte como un apoyo a la prosperidad de ambas partes, además de nuevas oportunidades en el aspecto.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, describió al evento como una decisión importante que protegerá el Acuerdo de Viernes Santo y también “nuestro mercado interior europeo”.

Ultimar un pacto con la UE significa una victoria para Rishi Sunak, pues consolida su posición en el gobernante Partido Conservador y le permite dar por resuelta la mayor polémica de su agenda. Cabe notar que esa fuerza política estaba muy por detrás de la oposición en las encuestas de opinión pública previas a las elecciones generales de 2024.

De ser infructuoso el esfuerzo, Sunak hubiera enfrentado una ola de críticas de los euroescépticos del Partido, hasta un punto en que se revivieran las profundas divisiones ideológicas que paralizaron al Gobierno en determinados momentos desde la votación por la salida de la nación de su “techo común”, en 2016.

Los tres años de separación atestiguaron debates del Reino Unido y la UE sobre la apertura de la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Vencidos desacuerdos y tensiones, lograron compromisos útiles para zanjar las controversias relacionadas con el Protocolo de Irlanda del Norte y aportar a la paz y el desarrollo.