Los graves impactos de la pandemia han afectado a la economía británica, que encajó una caída histórica en 2020 y luego registró una ligera recuperación. Sin embargo, recientes estadísticas apuntan a una perspectiva no tan brillante para la quinta economía más grande del mundo. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas de Reino Unido, el Producto Interno Bruto del país retrocedió 0,1 por ciento en marzo de 2022, lo que provocó que el crecimiento económico en el primer trimestre el año solo fuera del 0,8 por ciento, inferior al 0,9 por ciento previsto por el Banco de Inglaterra y el uno por ciento pronosticado por economistas entrevistados por Reuters.
Una de las razones del alza de la inflación en Reino Unido desde principios de la década de 1980 es el aumento de los precios mundiales de la energía. Mientras otros países de la UE adoptaron políticas para fortalecer su capacidad de autonomía de suministro de energía, Reino Unido todavía no supera su fuerte dependencia de la importada.
La asistencia del gobierno británico, ascendente a 22 mil millones de libras en este año fiscal, no es suficiente para contener la inflación. A fin de saldar los gastos, el gobierno británico tuvo que subir los impuestos, lo que convirtió a Gran Bretaña en la única economía del G7 que realizó tal movimiento para en medio de la alta inflación. Según una investigación del Ministerio de Finanzas, el ingreso de británicos podría caer otro dos por ciento a corto plazo, la caída más pronunciada en 65 años.
El 17 de mayo el gobierno anunció que realizaría cambios en las reglas comerciales posteriores al Brexit en Irlanda del Norte para poner fin a la "parálisis política" en el territorio, a lo que siguieron fuertes protestas. La UE, entretanto, recalcó que no cambiaría su posición sobre las cláusulas del acuerdo Brexit, alcanzadas luego de un duro bregar por ambas partes.
Luego del Brexit, numerosas empresas y órganos gubernamentales salieron en busca de mano de obra. Muchos trabajadores extranjeros se marcharon del Reino Unido, los de mayor edad dejaron sus trabajos debido a la pandemia y los jóvenes no tienen experiencia.
Un grupo de más de 50 economistas, incluidos los galardonados con el premio de Nobel de Economía, advirtieron que después del Brexit, los planes de Gran Bretaña para impulsar la competitividad de la industria financiera corren riesgo de generar problemas que podrían conducir a una crisis financiera mundial.
En vez de centrarse en la competitividad del sector financiero, lo que Reino Unido debe hacer ahora es establecer metas claras para promover el crecimiento económico, así como proteger a los consumidores y las empresas, apuntaron.
El gobierno británico informó que para llevar a feliz término esos planes, pedirá a los reguladores ayuda para garantizar que Londres siga siendo un centro financiero mundial. Sin embargo, desde el punto de vista de los expertos, el país necesita una visión general y una motivación más fuerte para disipar las nubes que cubren las perspectivas de crecimiento económico de la "tierra de la Gran niebla".