Según un informe recién publicado en la revista Global Policies Outlook, cada minuto, en el África subsahariana se vierten a cielo abierto residuos plásticos suficientes para cubrir un campo de fútbol.
Los desechos plásticos están fuera de control en toda África, donde están creciendo más rápido que en cualquier otra región. De continuar la tendencia, l llamado “continente negro” terminará con 116 toneladas de desechos plásticos al año para el 2060, seis veces más que en 2019.
No sólo en África, la cantidad de residuos plásticos ha experimentado un aumento sin precedentes en los últimos años. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente calculó que el mundo produce alrededor de 400 millones de toneladas métricas de desechos plásticos cada año, de los cuales menos del 10 por ciento se recicla y el resto se vierte al medio ambiente o no se trata adecuadamente.
Los expertos señalan que la contaminación plástica no sólo intensifica el cambio climático, sino también amenaza directamente al medio ambiente, daña la salud humana y altera el equilibrio del ecosistema terrestre.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos indicó que la producción de plástico agrava el calentamiento global al representar el 3,4 por ciento de las emisiones globales en 2019, una cifra que podría duplicarse en 2060.
Para abordar la cuestión, el año pasado más de 170 países acordaron negociar para avanzar hacia un tratado mundial que ponga fin a la contaminación por plástico. Durante seis semanas en Kenia, los ambientalistas discutieron los términos que se incluirían en el tratado para completar las negociaciones a finales del próximo año.
Aunque los países coinciden en la necesidad de un tratado para evitar los residuos plásticos, todavía existen desacuerdos sobre el contenido del documento. El proceso de negociación enfrenta muchas dificultades debido a dos opiniones diferentes: limitar la producción de plástico o gestionar los residuos generados a partir de este material.
La Unión Europea y docenas de países, entre ellos Japón, Canadá y Kenia, han pedido un tratado sólido con "disposiciones vinculantes" para reducir la producción y el uso de polímeros plásticos vírgenes derivados de productos petroquímicos y para eliminar o restringir los plásticos problemáticos, como el PVC y otros que contienen ingredientes tóxicos. Muchas organizaciones de protección del medio ambiente apoyan la propuesta y afirman que la causa fundamental de la contaminación plástica es la fabricación y el uso generalizado de plástico.
A esa posición se oponen los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y los principales productores de plástico del mundo. En una presentación antes de las negociaciones de esta semana, Arabia Saudita dijo que la causa principal de la contaminación plástica era la gestión ineficiente de los desechos. Argumentó que el tratado debería centrarse en el reciclaje y la reutilización de plásticos, en lugar de recortar drásticamente la producción.
Arabia Saudita había lanzado antes una Coalición Global para la Sostenibilidad de los Plásticos, que reúne a las grandes industrias petroquímicas del mundo, para lograr que el tratado se centrara en abordar los residuos plásticos en lugar de limitar la producción. De hecho, se estima que el 98 por ciento de los plásticos de un solo uso provienen de los combustibles fósiles, por lo que no es difícil entender el desacuerdo de los principales países exportadores de petróleo del mundo con recortar la producción de este material.
Según el plan, después de la ronda de negociaciones en Kenia, la discusión sobre el tratado para abordar la contaminación por desechos plásticos continuará en abril de 2024 en Canadá y finalizará en Corea del Sur a finales del próximo año. Los expertos instan a los países a resolver pronto los desacuerdos y acordar un tratado eficaz y jurídicamente vinculante sobre los plásticos a nivel mundial, con el objetivo de proteger el planeta de los peligros de los residuos plásticos.