Respaldada por 430 mil millones de dólares, la IRA incluye medidas de gasto y recorte fiscal para impulsar el desarrollo de energías limpias. Un año después de su promulgación, el sector estadounidense de las energías renovables ha experimentado un crecimiento significativo. La ley ofrece créditos fiscales para fuentes de energía bajas o nulas en carbono, como la eólica, la solar, la nuclear, las tecnologías de captura de carbono, los biocombustibles y los vehículos eléctricos.
También financia otros programas destinados a reducir las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas y ofrece ayudas financieras a proyectos respetuosos con el medio ambiente.
Varios análisis de agencias gubernamentales estadounidenses y organizaciones privadas de investigación demuestran que la IRA está contribuyendo a acelerar el despliegue de las energías renovables. El Departamento de Energía de EE.UU. también publicó un informe que sugiere que la IRA, junto con la Ley Bipartidista de Infraestructura, permitirá generar hasta 250 gigavatios de energía eólica y hasta 475 gigavatios de energía solar.
Desde la aprobación de la IRA, ha habido más inversiones en el sector de energía renovable que en los ocho años anteriores juntos. En 2022 se anunciaron 210 proyectos importantes de energía limpia o vehículos ecológicos, lo que creó aproximadamente 74 mil 181 nuevos puestos de trabajo. Un informe de la organización de investigación BloombergNEF pronostica que la energía eólica y solar representará casi el 50 por ciento de la producción total de electricidad de EE. UU. hacia 2035 y el 64 por ciento en 2050, un salto notable desde el 12 por ciento en 2021.
La IRA ayuda a restaurar varias actividades manufactureras importantes de la economía de energía limpia de EE. UU., reducir las interrupciones del suministro y garantizar la seguridad económica nacional. Un informe del Departamento de Energía predice que las emisiones del país podrían caer entre un 35 y 41 por ciento en cooperación con los niveles de 2005, por debajo de la meta de Biden del 50 por ciento para 2030. BloombergNEF estima que EE. UU. estará un 22 por ciento por debajo de este objetivo.
BloombergNEF también prevé que, para 2050, las emisiones estadounidenses serán un 54 por ciento inferiores a las de 2021, lo que supone una reducción significativa pero aún insuficiente para alcanzar el objetivo de cero emisiones. Las estimaciones sobre cuánta electricidad proviene de fuentes de baja o cero emisión de carbono apuntan que tampoco alcanzarán la meta de crear un sistema eléctrico sin emisiones de CO2 para 2035.
Tom Rowlands-Rees, responsable para Norteamérica de BloombergNEF, recomienda que, además de las medidas propuestas por la IRA, el gobierno estadounidense aumente el uso de sanciones para incentivar el comportamiento ecológico con el fin de acelerar la consecución del objetivo declarado en la lucha contra el cambio climático.
Con su énfasis en la inversión en energías limpias, la IRA estadounidense puede considerarse el documento climático más importante desde la firma del Acuerdo de París a finales de 2015. En un contexto en el que la seguridad energética es el mayor motor de la inversión climática, la IRA anima a Estados Unidos a invertir más en energías limpias y a acercarse a los objetivos de lucha contra el cambio climático.