En los últimos días de septiembre de 2022 se produjeron dos tiroteos consecutivos en otras tantas escuelas secundarias estadounidenses. Uno ocurrió en la escuela Rudsdale, en la ciudad de Oakland, estado de California, cuando hombres armados entraron en la institución educativa y dispararon más de 30 veces antes de huir en un automóvil, hiriendo a seis personas.
El otro tiroteo sucedió afuera de una escuela secundaria en la ciudad de Filadelfia, Pensilvania. Unos sujetos abrieron fuego contra un grupo de estudiantes que caminaban por la cancha de fútbol y asesinaron a un alumno de 14 años.
La violencia armada es una obsesión persistente del pueblo estadounidense. Pero lo que es más doloroso para el público es que la cifra de la violencia con armas de fuego en el entorno escolar aumenta constantemente, amenazando la seguridad de los estudiantes.
Según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas del Departamento de Educación de Estados Unidos, los de tiroteos en escuelas en el año escolar 2020-2021 aumentaron a 93, la cifra más alta en 20 años.
Las autoridades estadounidenses se han esforzado por hacer frente a la violencia armada. A fines de junio de 2022, el presidente Joe Biden, promulgó el proyecto de ley bipartidista "Por una comunidad más segura" sobre el control de armas de fuego, marcando un importante paso de reforma en la gestión de armas en este país durante los últimos treinta años. El gobierno del estado de Nueva York también reforzó el control de la posesión de armas al aumentar de 18 a 21 años la edad legal para comprar rifles semiautomáticos.
De acuerdo con una encuesta reciente, el 71 por ciento de los encuestados quiere más control de armas y el 59 por ciento desea prohibir la venta de rifles semiautomáticos AR-15 o tipos similares.
Cada ciudadano en Estados Unidos debe compartir la responsabilidad de poner fin a la violencia armada. Un problema grave hoy en día es la cantidad alarmante de niños que llevan armas a la escuela (se detectaron más de 26 mil casos en los últimos 10 años). Según una investigación del Centro Jurídico de Giffords, 4,6 millones de menores estadounidenses viven en hogares donde sus padres poseen al menos un arma de fuego.
Esto requiere que los padres tengan mucho cuidado en el almacenamiento de armas y municiones para evitar que caigan en manos de los chicos. Hace aproximadamente un mes, un niño de cuatro años en el estado de Texas llevó una pistola a la escuela, lo que generó preocupación sobre la capacidad de los adultos de guardar armas de fuego de manera segura en la casa.
El tema del control de armas de fuego siempre ha sido motivo de división entre los políticos y los votantes estadounidenses. Sin embargo, cuando los debates no han llegado a su fin, continúan ocurriendo tiroteos en las escuelas. Tener un ambiente de vida y aprendizaje seguro es la aspiración legítima de todo estudiante, lo que requiere la responsabilidad y la contribución de toda la comunidad.