Condé Nast Traveller invita a explorar la cocina vegana de Vietnam

La publicación india de la revista internacional de viajes Condé Nast Traveller recomendó los 10 platos veganos obligatorios a probar en Hanói, la capital vietnamita.
(Fotografía: Nhan Dan)
(Fotografía: Nhan Dan)

Capital de Vietnam -cuna de una variada selección de delicias, incluidas aquellas a base de verduras-, Hanói indudablemente ofrece una gastronomía apetecible tanto para los vegetarianos como para carnívoros que buscan tomar una pausa y desintoxicar el organismo. Esto se saborea a través de los siguientes 10 platos.

1. Đậu phụ sốt cà chua (Tofu revuelto con salsa de tomate)

Este sencillo plato puede encontrarse en casi todas las comidas familiares vietnamitas. El tofu se dora en abundante aceite, se escurre y se echa a una pasta de tomate casera. Disfrutarlo simplemente con un bol de arroz equilibra todos los ingredientes y condimentos, una definición de la perfección de cada bocado.

2. Rau muống xào tỏi (Akankong revuelto con ajo)

Los hanoyenses preparan este, uno de sus platos favoritos, combinando el akankong (Ipomoea aquatica), una hortaliza muy usada en la dieta vietnamita, con ajo y otras especias. Suelen servirlo como acompañamiento a la comida principal.

3. Nộm hoa chuối (Ensalada de flores de plátano)

Se trata de una sinfonía de sabores de capas tiernas de flor de plátano y un aderezo agridulce. La flor de plátano está rodeada de un abanico de productos frescos como brotes de soja, papaya verde, zanahorias y cilantro, que junto con un chorrito de jugo de limón o vinagre infunden aromas refrescantes al plato final.

4. Chè chuối (Gachas dulces de plátano)

Hablando de los postres vietnamitas, definitivamente el “chè chuối” figura entre los mejores. Tiene una textura parecida al budín y es compuesto por plátanos maduros, perlas masticables de tapioca, leche de coco y un toque de las aromáticas hojas de pandan. Constituye un tentempié ideal para los días frescos.

5. Nộm đu đủ xoài xanh (Ensalada de papaya verde y mango)

Esta colorida ensalada combina papaya verde cruda cortada a la juliana y mangos maduros. La primera fruta proporciona un toque crujiente al plato, mientras la segunda aporta dulzura. Como guarnición se utiliza hierbas aromáticas, incluidos el cilantro y la menta, y se termina con aderezo de jugo de limón para darle una fragancia deliciosa. El plato simboliza una celebración de los ingredientes frescos de Vietnam.

6. Bún chả chay (El “bún chả” vegano)

El “bún chả” (fideos de arroz con carne de cerdo a la parrilla) adaptado al veganismo conserva el aroma y el sabor de su versión original. La salsa de pescado para mojar es reemplazada con un rico caldo de verduras, volcado sobre los fideos para crear una sopa. El plato, como es usual, se disfruta con varias hierbas aromáticas y verduras en escabeche.

7. Bánh xèo (Panqueque chisporroteante de harina de arroz)

La masa del “bánh xèo” es una mezcla de harina de arroz, polvo de cúrcuma y leche de coco. Tradicionalmente se echa el relleno, incluido brotes de soja, champiñones y otros ingredientes al gusto, a una sartén muy caliente, y luego una adecuada cantidad de masa tan fina que pueda chisporrotear. Una vez crujiente, el panqueque se dobla y se sirve con hierbas aromáticas.

8. Xôi (Arrroz glutinoso cocido al vapor)

El “xôi” es una opción del desayuno, el almuerzo o la merienda. Su ingrediente estrella, tal y como alude el nombre, debe cocerse hasta conseguir una textura pegajosa y ligeramente masticable. Las guarniciones varían, entre estas una pasta de soja verde, cacahuetes y pulpa de jaca, mango y durián.

9. Bánh trôi (Bolas de arroz glutinoso)

Esta gacha contiene pequeñas bolas de arroz glutinoso rellenadas con pasta de sésamo blanco, sésamo negro, cacahuetes y coco rallado. Después de cocerse, se sirven calientes sumergidas en una infusión de jengibre.

10. Cà phê sữa đá (Café helado al estilo vietnamita)

Más allá de una bebida ordinaria, el café representa una forma de vida y un género del arte culinario de Hanói. Por eso, la lista no está completa sin el aclamado “cà phê sữa đá” cuya alma, granos de café tostados a la perfección, aporta sabores audaces e intensos.

Una cosa que distingue a la icónica infusión es la leche condensada. Este dulce y cremoso componente enriquece realmente la exquisitez y el placer de cada sorbo, creando una mezcla armoniosa de notas amargas y dulces.