Según el Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (MAFC), los embarques a la UE estarán sujetos a un impuesto al carbono basado en la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en el proceso de producción en el país exportador. Durante el período de transición, que comienza a principios de octubre, el MAFC se aplica a productos con altas emisiones de carbono, incluidos cemento, hierro, acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno.
Los importadores de la UE en los mencionados sectores deben monitorear e informar las emisiones de carbono durante la producción de bienes, pero no tienen que pagar ninguna tarifa en esta etapa. El período de transición permite a la Comisión Europea (CE) recopilar información para prepararse para el siguiente, que comenzará en 2026.
Durante el período de transición, que comienza a principios de octubre, el MAFC se aplica a productos con altas emisiones de carbono, incluidos cemento, hierro, acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno.
A partir de ese momento, los importadores tendrán que comprar certificados de emisiones MAFC si las emisiones durante la producción de bienes exceden los estándares del bloque.
El MAFC no solo es una herramienta de trascendencia histórica de la UE para combatir las fugas de carbono, sino también es uno de los pilares de su ambicioso Objetivo 55, que tiene como objetivo reducir las emisiones netas del bloque en un 55 por ciento para 2030 en comparación con el nivel de 1990.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Paolo Gentiloni, destacó que el MAFC impedirá a los fabricantes europeos trasladar la producción a países con estándares medioambientales más bajos.
Como el primer impuesto al carbono del mundo sobre bienes importados, el MAFC se considera una prueba clave para determinar si se puede establecer un precio del carbono en todo el mundo como parte de los esfuerzos por limitar el calentamiento global.
Debido a las regulaciones sobre impuestos al carbono para bienes importados a la UE, las empresas en países no pertenecientes al bloque deben adoptar medidas y responsabilidades comunes a fin de rebajar las emisiones, o pagar impuestos sobre las emisiones antes de exportar bienes a la UE. Además, se espera que el MAFC genere impulso para el desarrollo de mercados de carbono en muchas naciones.
Sin embargo, el MAFC también plantea desafíos para el ingreso al mercado de la UE. Un informe de la organización de investigación Carnegie Europe señaló que los principales socios comerciales del bloque, como Reino Unido, Estados Unidos, Turquía, la India y Corea del Sur estarán sujetos a muchos impactos por el despliegue de este mecanismo.
Según expertos, los exportadores británicos podrían tener que pagar cientos de millones de dólares en impuestos al carbono a la UE en la próxima década porque el precio actual de las emisiones de Reino Unido es un 50 por ciento más bajo que el nivel de la UE. La política de impuestos al carbono impone sanciones a los países cuyos costos de carbono sean significativamente más bajos que los del bloque. Por lo tanto, la caída en los precios de las emisiones de Reino Unido significa que los exportadores británicos estarán sujetos al impuesto al carbono de la UE cuando entre en vigor en 2026.
Frente a opiniones encontradas sobre la imposición de un impuesto al carbono sobre los bienes importados, Gentiloni resaltó que el MAFC no es una defensa comercial, sino un mecanismo para proteger las ambiciones climáticas de la UE.
Paolo Gentiloni, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios
Mientras tanto, el Departamento de Negociaciones Comerciales de Tailandia subrayó que las empresas de ese país no están preparadas para cumplir los requisitos en el marco del MAFC. Según el jefe de la entidad, Auramon Supthaweethum, aunque no se cobra ninguna tarifa, el período de transición también plantea un gran desafío, porque las empresas a menudo carecen de las soluciones tecnológicas necesarias para determinar las emisiones de carbono.
Frente a opiniones encontradas sobre la imposición de un impuesto al carbono sobre los bienes importados, Gentiloni resaltó que el MAFC no es una defensa comercial, sino un mecanismo para proteger las ambiciones climáticas de la UE.
Para ayudar a los importadores de la UE y las instalaciones fuera del bloque a implementar las nuevas regulaciones, la CE proporciona instrucciones detalladas, programas de capacitación en línea, hojas de información específicas de la industria y listas de verificación para apoyar a las compañías.
Los expertos indicaron que en los próximos tiempos no sólo la UE, sino muchos otros mercados también aplicarán políticas estrictas de protección ambiental a los productos importados, ya que la producción verde se está convirtiendo en una tendencia inevitable en el mundo. Esto es un desafío, pero también una motivación y una oportunidad para que los países construyan y apliquen pronto un mecanismo de fijación del precio del carbono, reemplacen gradualmente la energía tradicional con energía limpia y apliquen tecnologías de recuperación de gas y reducción de emisiones de carbono, hacia un crecimiento sostenible.