América del Sur prioriza la integración regional

Un comunicado conjunto de la Cumbre de Presidentes de América del Sur, recientemente clausurada en la capital brasileña, Brasilia, destacó la importancia de fomentar la colaboración y la integración regionales. Los participantes en el debate se refirieron al desarrollo de la solidaridad y la unión como un componente esencial de las soluciones regionales a los problemas compartidos.
En la cumbre. (Fotografía: VNA)
En la cumbre. (Fotografía: VNA)

Primera reunión de alto nivel en Sudamérica en casi una década, el acontecimiento contó con la participación de los máximos dirigentes de los países en la región excepto Perú. Se enfocó en abordar una serie de temas de importancia, particularmente el fomento de la integración regional, la coordinación contra el cambio climático y la alta inflación.

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de la nación anfitriona, subrayó en la sesión inaugural la urgencia de propulsar la integración regional, respecto a lo cual los países sudamericanos deben articular acciones concretas para el desarrollo sostenible, la paz y el bienestar de sus ciudadanos. También puso de relieve su voluntad de reiniciar los mecanismos de integración regional, citando la reciente readmisión de Brasil y Argentina a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) el mes pasado.

El mandatario llamó a sus homólogos a concebir una nueva hoja de ruta de integración dentro de 120 días, presentando a su consideración programas de cooperación específicos, incluida la iniciativa de establecer una moneda común para América del Sur a fin de reducir la dependencia de las divisas extranjeras, amén de facilitar el comercio de bienes y agilizar los trámites al respecto.

Con una población de casi 450 millones de personas, los países sudamericanos constituyen un importante mercado de consumo y la quinta mayor economía del mundo. Sus Productos Internos Brutos sumarán unos cuatro billones de dólares este año.

Lula da Silva propuso, además, reanimar la colaboración en salud y educación, favorecer los proyectos compartidos contra el cambio climático e iniciar la discusión sobre la constitución de un mercado energético sudamericano.

Dado que el mundo enfrenta múltiples retos tales como las crecientes amenazas a la paz y la seguridad internacionales, las presiones sobre las cadenas de suministro de alimentos y energía, y el riesgo de nuevas pandemias y una crisis climática, los Estados participantes acordaron promover la paz y la cooperación sobre la base del diálogo y el respeto a la diversidad.

En su declaración conjunta, titulada “Consenso de Brasilia”, reafirmaron la determinación de propugnar el desarrollo sostenible, la justicia social, el Estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos. Fueron otras cuestiones apremiantes la promoción del desarrollo socioeconómico y la lucha contra la pobreza, el hambre, la desigualdad y la discriminación.

Las naciones concordaron en mancomunar esfuerzos para lidiar contra el cambio climático, a la vez que afianzar los nexos en la transición energética, el fortalecimiento de las capacidades sanitarias y el combate al crimen organizado transnacional.

En términos económicos, se comprometieron a trabajar por el incremento del comercio y de las inversiones entre los países de la región, la mejora de la infraestructura, el fortalecimiento de las cadenas de valor, la aplicación de medidas facilitadoras del comercio y la integración financiera, y la eliminación de medidas unilaterales.

Otros quehaceres planteados por el documento incluyen configurar una efectiva área de libre comercio y mantener el diálogo regular en pos de la integración sudamericana, lo cual proyectará la voz de la región en el mundo.

Como preparativo para una amplia inserción regional, los dirigentes decidieron establecer un grupo de contacto encabezado por los jefes de la diplomacia, el cual se encargará de evaluar las experiencias de los mecanismos de cooperación. Cabe destacar que en la ocasión, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el retorno de este país a la Unasur, de la que se había retirado en 2018.

Pese a las diferencias, los países sudamericanos se enfrascan en fortalecer el diálogo y la solidaridad por una región unida frente a los desafíos comunes. Al decir del presidente brasileño, en vez de restablecer una segunda Unasur, se ofrecerá un formato distinto, un bloque unido en términos económicos, inversionistas y ambientales, que opere en función de la paz y el desarrollo en la región.