Como principal inversor en América Latina y el Caribe, la UE ha puesto en marcha un proyecto de inversión ampliado en la región hasta 2027, por un importe de unos 10 mil millones de euros. La inversión se inscribe en el Programa Global Gateway (Entrada Global), una iniciativa de la Comisión Europea (CE) que pretende movilizar hasta 300 000 millones de euros para proyectos de desarrollo sostenible, principalmente transición verde y digitalización, en varias regiones, entre ellas América Latina y el Caribe.
Según la Presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, la UE duplicará su inversión en proyectos de desarrollo sostenible en América Latina, centrándose en el apoyo a la gestión sostenible de los bosques, el desarrollo de energías renovables y las infraestructuras de energía limpia.
América Latina y la UE tienen similitudes en la historia y ahora es un momento favorable para promover la cooperación bilateral para el desarrollo mutuo. América Latina posee recursos que Europa necesita y, a su vez, requiere tecnología, resultados de investigación y ciencia para explotar sus recursos de manera más eficiente.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, llamó a los países miembros de ambas organizaciones a coordinarse y apoyarse frente a los problemas globales.
También afirmó que las dos regiones comparten la misma voluntad de trabajar hacia el futuro.
Esta es la tercera Cumbre UE-CELAC y la primera en los últimos ocho años. El evento tiene lugar en medio del interés de América Latina y el Caribe por captar inversiones extranjeras directas (IED).
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la inversión extranjera directa en la región aumentará un 55,2 por ciento en 2022, alcanzando la cifra récord de 224,579 mil millones de dólares. La UE (excluidos Países Bajos y Luxemburgo) representa el 17 por ciento de los inversores extranjeros en la región, por lo que se espera que la cumbre sea un espacio de diálogo y propuestas para afrontar los retos globales.
Sin embargo, entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) aún existen desacuerdos y diferencias. Ambas partes llegaron en 2019 a un acuerdo marco sobre un tratado de libre comercio (TLC) tras dos décadas de negociaciones, pero todavía no se ha aprobado debido a las preocupaciones europeas por la deforestación en la región amazónica.
Por otro lado, algunos países europeos con agricultura desarrollada, como Francia, no quieren abrir sus mercados a los productos agrícolas del mercado común sudamericano. Algunos creen poco probable que la Cumbre UE-CELAC allane el camino para un TLC entre Europa y Mercosur. Bruselas no espera ningún avance en esta reunión.
Mientras tanto, Mercosur espera llegar no solo a un acuerdo comercial con Europa, sino también a que este sea justo y de mutuo beneficio.
Diferencias aparte, los dirigentes de la CELAC y la UE esperan que la Cumbre sea en un importante escenario de diálogo para fortalecer la cooperación entre las dos regiones, con vistas a enfrentar de manera conjunta los desafíos globales y el desarrollo de las dos regiones y del mundo.