Proteger los niños de la violencia armada

Más de seis mil niños fueron encontrados muertos o heridos por la violencia armada en Estados Unidos en 2022. Esta cifra refleja la gravedad de un problema de larga data en el país norteamericano y genera una cláusula urgente para garantizar los legítimos derechos de los niños a vivir y desarrollarse en un ambiente seguro y saludable.
Esquina conmemorativa de las víctimas del tiroteo en la escuela primaria Robb, en el pueblo de Uvalde, estado de Texas (Étados Unidos) en mayo. (Fotografía: Reuters)
Esquina conmemorativa de las víctimas del tiroteo en la escuela primaria Robb, en el pueblo de Uvalde, estado de Texas (Étados Unidos) en mayo. (Fotografía: Reuters)

De acuerdo con la organización sin fines de lucro The Gun Violence Archive, especializada en el monitoreo de la violencia armada en Estados Unidos, en 2022, del total de muertos o lesionados por armas de fuego, seis mil 23 fueron menores de 17 años, la mayor cantidad desde las primeras estadísticas en 2014. Esta cifra también es mucho más alta que la de 2021 (cinco mil 708). Apenas unos días antes de la publicación de dicha suma, en la Nochebuena, una niña de tres años de la ciudad de Kansas, estado de Missouri, murió a balazos.

La violencia armada parece un dolor duradero sin remedio específico en Estados Unidos y duele cuando ocurre un tiroteo trágico. Las estadísticas mencionadas reflejan la tendencia creciente de esta situación cada vez más violenta en los últimos años.

Una de las víctimas más jóvenes muertas por armas de fuego en 2022 fue Cecilia Thomas de cinco meses en Chicago. La violencia armada superó los accidentes de tránsito como la principal causa de muerte entre los niños y adolescentes en el país norteamericano.

Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, 4 368 niños y adolescentes de uno a 19 años murieron por balas en 2020, una cifra mucho más alta que la de cuatro mil 36 de jóvenes muertos por accidentes de tránsito, que antes era la principal causa de muerte en este grupo de edad.

Ante la presión de actuar a fin de detener los riesgos de violencia armada, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha presionado para que se establezcan regulaciones más estrictas sobre las armas de fuego.

A fines de junio de 2022, Biden aprobó la emisión de la ley bipartidista “Safer Communities” (Comunidades más seguras), marcando un avance significativo en la reforma sobre la tenencia de armas de fuego en el país durante casi 30 años.

Sin embargo, la realidad aún muestra una alta frecuencia de tiroteos, incluidos escenarios como las escuelas, donde debería haber un entorno seguro para el estudio y el desarrollo de los niños. Este hecho planteó una exigencia para que los políticos y la ciudadanía adopten medidas más drásticas a fin de detener los tiroteos.

Los analistas creen que la gran cantidad de armas y el fácil acceso a esos mortales medios son las principales razones de la violencia armada en Estados Unidos.

Según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas, dependiente del Departamento de Educación de Estados Unidos, el país ha detectado durante los últimos 10 años 26 mil estudiantes que portaban armas en la escuela. En el caso del estado de Texas se han registrado en los últimos tres años 557 casos de estudiantes sancionados por llevar armas a las aulas. De acuerdo con una encuesta, hasta el 71 por ciento de los consultados desean intensificar el control de armas.

Antes de las elecciones intermedias de noviembre de 2022, el presidente estadounidense expresó la determinación de prohibir las armas de asalto en la nación.

Ante la alta frecuencia de tiroteos fatales, es claro que Estados Unidos aún no ha logrado una solución radical al problema. Se trata de un tema espinoso para Biden en el resto de su mandato y que debe resolver si quiere ser reelecto en las elecciones de 2024.