Una cuenta de Twitter con una marca de verificación azul y más de 11 mil seguidores fue acusada de divulgar información errónea sobre el reciente terremoto en Turquía. Según medios árabes, esta persona publicó un video de la explosión de un depósito químico en Beirut, la capital libanesa, en agosto de 2020, pero dijo que había sido una planta nuclear debido a un terremoto en Turquía. Más de 700 cuentas de Twitter compartieron el video y propagaron con rapidez noticias falsas sobre el desastre natural.
Es solo una de muchas noticias falsas que se difunden en las redes sociales después del fuerte terremoto en Turquía. Fahrettin Altun, director de comunicaciones del presidente turco, dijo que a la tragedia le siguió un gran desorden informativo. En la semana posterior al terremoto, el Gobierno turco recibió informes de 6,2 mil noticias maliciosas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que una parte de Internet se está convirtiendo en un "vertedero tóxico" donde se difunden discursos de odio y desinformación, ayudando a quienes propagan el extremismo e ideas perversas.
Las noticias falsas y los discursos de odio en las redes sociales no son problemas nueva, pero encontrar una solución integral a este doloroso problema sigue siendo un tema espinoso y aún no resuelto. Guterres enfatizó que existe un vacío legal en el que las plataformas de medios sociales pueden publicar cualquier contenido sin verificación.
Frente a semejante situación, en los últimos tiempos muchos países han propuesto medidas para prevenir las noticias falsas y las que promueven el extremismo en el ciberespacio. El mes pasado, el parlamento turco aprobó una ley que permite el arresto de quienes difunden información falsa, con condenas de hasta tres años.
Antes, el órgano legislativo de Singapur aprobó la Ley de mejora de la seguridad en línea, que faculta a las autoridades a exigir a las plataformas de redes sociales que eliminen contenidos maliciosos y apliquen reglas de protección a los usuarios. La Unión Europea también promulgó la Ley de Servicios Digitales, que exige a las plataformas eliminar contenido ilegal y malicioso o, de lo contrario, enfrentan grandes multas o incluso su cierre.
Empero, observadores internacionales acotaron que las medidas para prevenir la información dañina en las redes sociales se limitan a exigir a las empresas tecnológicas que retiren lo nocivo. De hecho, una red social actual puede compararse con un río contaminado. Limitarse a moderar el contenido es como sacar un vaso de agua sucia de ese río, purificarlo y luego volver a verterlo.
El mundo necesita encontrar y cerrar la planta contaminante, luego revivir el río. Del mismo modo, la información perjudicial volcada el ciberespacio debe eliminarse desde la fuente antes de ser publicada.
El secretario general de la ONU dijo que debe haber regulaciones claras sobre las responsabilidades de las corporaciones de tecnología por el contenido publicado en las plataformas. En una conferencia mundial sobre seguridad de la información en redes sociales celebrada en Francia, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura debatió un proyecto de directrices para regular las plataformas digitales, en aras de combatir la desinformación y el discurso de odio en los medios sociales. Se espera que este documento sea una base importante para que el mundo se una en la limpieza de las redes sociales.