Misión de mantener la paz y promover el desarrollo sostenible

A pesar de los numerosos desafíos a los que se ha enfrentado a lo largo de sus 80 años de historia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reafirma su posición como la mayor organización multilateral del mundo, esforzándose constantemente por cumplir su misión de mantener la paz y la seguridad, e impulsar el desarrollo sostenible de la humanidad.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, habla durante una sesión de la Asamblea General de la ONU en su sede de Nueva York. (Fotografía: Xinhua)
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, habla durante una sesión de la Asamblea General de la ONU en su sede de Nueva York. (Fotografía: Xinhua)

Hace exactamente 80 años, el 26 de junio de 1945, se adoptó en San Francisco (Estados Unidos) la Carta de las Naciones Unidas, documento que estableció los principios fundamentales para los Estados miembros, allanando el camino para el nacimiento oficial de este organismo multilateral el 24 de octubre de 1945. Como centro de coordinación de los esfuerzos internacionales encaminados a la paz y la seguridad, la ONU refleja el anhelo común de un mundo pacífico y cooperativo, especialmente tras los sufrimientos y pérdidas causados por la Segunda Guerra Mundial.

A lo largo de su historia, esta institución internacional ha acumulado numerosos logros significativos y ha contribuido de manera notable al progreso de la humanidad, sin embargo, en la actualidad se enfrenta a múltiples desafíos.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que la Carta del organismo "no es solo papel y tinta, sino una promesa de paz, dignidad y cooperación entre las naciones". En un mundo que hoy está sumido en numerosos conflictos armados y graves crisis humanitarias, la ONU resulta más necesaria que nunca, afirmó.

Según Guterres, la ONU es el lugar donde incluso los adversarios pueden sentarse en la misma mesa para expresar sus desacuerdos, y donde los países pequeños tienen la oportunidad de alzar la voz. Esta organización también lleva a cabo misiones fundamentales, como la provisión de ayuda alimentaria y el despliegue de fuerzas de paz en zonas de conflicto.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta la ONU es la escasez cada vez mayor de recursos financieros para sus operaciones, debido principalmente a que algunos países no cumplen con sus contribuciones a tiempo, en medio de un panorama sombrío para el crecimiento económico mundial. Hasta finales de mayo, la entidad había recaudado tan solo 1,8 mil millones de dólares, de un presupuesto planeado de 3,5 mil millones.

Ante la crisis presupuestaria, Guterres lanzó la iniciativa ONU80 con el objetivo de reestructurar las operaciones y racionalizar la organización. Una de las propuestas destacadas es la de reducir, mediante la eliminación de puestos con funciones duplicadas, un 20 por ciento de la plantilla de las dependencias de la ONU encargadas de asuntos políticos y de mantenimiento de la paz.

Según el contralor de la ONU, Chandramouli Ramanathan, el máximo responsable de esta entidad también se ha fijado el objetivo de recortar entre un 15 y un 20 por ciento del presupuesto ordinario en 2026, y aproximadamente un 20 por ciento de la actual plantilla de la Secretaría.

Otro reto es la controversia relativa a la influencia de la mayor entidad multilateral del planeta. La agencia de noticias AFP citó a Richard Gowan, analista de la organización no gubernamental International Crisis Group, quien destacó el número de crisis gestionadas por las Naciones Unidas desde la Guerra Fría, como el genocidio en Ruanda o la guerra de Irak. Sin embargo, los países están decepcionados por la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar conflictos de mayor alcance, como los de Ucrania y Gaza.

La principal causa de ese estancamiento radica en el poder de veto de los miembros permanentes del Consejo, explicó Gowan. El hecho de que los afiliados tarden en alcanzar consenso sobre cuestiones de relevancia afecta indudablemente a la eficiencia de la organización.

La coyuntura mundial ha atravesado altibajos desde la creación de la ONU hace 80 años. Las tensiones geopolíticas y los desafíos globales, como el cambio climático y la seguridad alimentaria, se están intensificando y complicando cada vez más. Por lo tanto, dada la situación internacional y la necesidad objetiva y urgente de un futuro mejor, llevar a cabo una reforma exhaustiva que permita a la organización operar con mayor eficacia se ha convertido en una necesidad imperiosa.

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