Los riesgos derivados de los conflictos, el aumento de costos, las tensiones comerciales y la creciente presión para reducir las emisiones de carbono se consideran los principales "vientos en contra" que obstaculizan el despegue de la aviación mundial.
Los desarrollos económicos impredecibles a nivel mundial han afectado a muchos sectores, incluida la aviación. Según el informe más reciente, la IATA estima que este año habrá menos de cinco mil millones de pasajeros en vuelos aéreos, cifra inferior a la previsión inicial de 5,22 mil millones.
La ganancia total estimada para 2025 será de 36 mil millones de dólares, por debajo de la proyección anterior. El volumen de carga aérea podría alcanzar los 69 millones de toneladas este año, una disminución respecto a los 72,5 millones de toneladas inicialmente estimados. La creciente tensión comercial y la incertidumbre en las políticas comerciales de las grandes potencias han dificultado la toma de decisiones de inversión y operación de las empresas, lo que afecta a la demanda de transporte de mercancías por vía aérea.
Los conflictos y la violencia también han provocado que muchos vuelos cambien de ruta. Aparte de los problemas financieros, la peor situación posible sería que los aviones fueran alcanzados por misiles u otras armas. Un ejemplo reciente es la tensión entre India y Pakistán, que obligó a las aerolíneas indias a tomar rutas alternativas, con el consiguiente aumento de los costes.
La seguridad aérea es una preocupación tras una serie de accidentes en Kazajistán, Corea del Sur y América del Norte en los últimos meses. En la reciente Conferencia Anual de la IATA en Nueva Delhi (India), su director general, Willie Walsh, instó a los gobiernos a compartir de manera más eficiente la información de inteligencia para garantizar la seguridad de la aviación civil.
Aunque la aviación ha superado la tormenta causada por la pandemia de la Covid-19, aún enfrenta muchos riesgos en su camino hacia el desarrollo. Las aerolíneas todavía luchan contra la presión derivada del aumento de los costes, los cuellos de botella en la cadena de suministro y la caída de los precios de los billetes.
La escasez de personal también constituye un desafío. A principios de mayo, la falta de personal provocó retrasos en los vuelos durante siete días consecutivos en el Aeropuerto Internacional de Newark Liberty, en el estado estadounidense de Nueva Jersey. Nunca antes había ocurrido algo así y causó inconvenientes a los pasajeros.
En cuanto a los problemas medioambientales, la aviación representa entre el 2,5 y el 3 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y se le está presionando para que contribuya a la resolución de la crisis climática. El uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) se considera una forma de reducir las emisiones hasta en un 80 por ciento. Sin embargo, el coste del SAF es de entre 3 y 5 veces más alto que el del combustible tradicional para aviones. La IATA estimó que, para cumplir con los objetivos medioambientales de la industria aeronáutica, serán necesarias 500 millones de toneladas de SAF para 2050.
En 2021, la aviación internacional acordó establecer la neutralidad en las emisiones de carbono para 2050 como objetivo. Sin embargo, la IATA indicó que las aerolíneas están enfrentando dificultades para lograr estos objetivos sostenibles y aún no saben cómo asegurar los recursos financieros necesarios para la transición hacia el SAF y las nuevas tecnologías.
El director general de la IATA, Willie Walsh, destacó que, a pesar de los grandes desafíos de la primera mitad de 2025, las aerolíneas están haciendo esfuerzos por adaptarse. Walsh instó a los responsables políticos a no imponer más impuestos a la aviación y urgió a los gobiernos a colaborar en el intercambio de información de inteligencia y en la elaboración de normas globales claras que garanticen la seguridad de los vuelos. Esto ayudará a que la aviación supere los "vientos en contra", subrayó.