El flujo de capital en América Latina y el Caribe sumó 224,579 mil millones de dólares en 2022, superando los 200 mil millones por primera vez desde 2013. A Brasil se le denomina un “imán” de inversiones al recibir un 41 por ciento del total de las entradas de fondos en la región y posicionarse como el quinto entre los destinos globales de IED. Le siguen México, Chile, Colombia y Argentina con cuotas de 17, nueve, ocho y siete puntos porcentuales, respectivamente.
Más de la mitad de la IED en América Latina y el Caribe se canalizó hacia el sector de servicios, a pesar del repunte de los sectores manufacturas y recursos naturales.
A juicio de José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el reto no solo es atraer y retener a los inversores, sino maximizar la contribución de la IED al desarrollo socioeconómico. Los países deben enfocarse al fomento a los encadenamientos productivos y las políticas de desarrollo de recursos humanos, de infraestructura y logística y de construcción de capacidades locales, evaluó el funcionario.
Uno de los importantes contribuyentes del espectacular aumento del capital foráneo en América Latina y el Caribe fue el empeño en apuntalar la cooperación con los socios, entre los cuales cabe destacar la UE, su mayor inversor y tercer mayor socio comercial con unos 300 mil millones de euros de intercambio de bienes en 2022.
Además, se espera que la cumbre entre el bloque europeo y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, el 17 y el 18 de este mes, propicie nuevas oportunidades de colaboración integral en términos de lucha contra el cambio climático, seguridad alimentaria y energías renovables.
Durante su estancia en Brasil, la primera parada de su gira del mes pasado por América Latina, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que para 2027 la UE destinará hasta 10 mil millones de euros a proyectos de desarrollo sostenible.
Constituye otro foco de los Estados latinoamericanos los nexos tradicionales con Rusia. En abril de 2023, el ministro de Asuntos Exteriores del país euroasiático, Serguéi Lavrov, completó una apretada agenda de trabajo en Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba. Esto evidencia la importancia de la región para Moscú y la determinación mutua de intensificar la cooperación en medio de las sanciones de Occidente a Rusia.
Igualmente, Irán y la India han incrementado su presencia en América Latina con visitas y compromisos de cooperación.
No obstante, expertos señalaron varios problemas por solventar para mantener al mercado latinoamericano como un destino atractivo de inversión.
Según el Banco Mundial, América Latina y el Caribe crecerán 1,4 por ciento en 2023. Con todo, y pese a que las economías en la región se han recuperado a los niveles previos a la crisis de la pandemia de Covid-19, el crecimiento de los próximos años seguirá bajo debido a la lucha contra la pobreza y las tensiones sociales.
La entidad investigadora Moody’s Analytics también vaticinó que los fenómenos meteorológicos extremos podrían costar a la región el 16 por ciento de su Producto Interior Bruto a finales de siglo.
Las consecuencias del Covid-19, el conflicto en Ucrania y el cambio climático han afectado gravemente la recuperación y el desarrollo de todos los países, incluidos los latinoamericanos. El hecho de que esta región y sus socios se conecten con mayor fuerza en busca de nuevas oportunidades de cooperación beneficiará a ambas partes y les insuflará más fuerza para vencer juntas los desafíos.