Diálogo transparente y sincero

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el riesgo de que las acciones de represalia entre Estados Unidos e Irán puedan dificultar la consecución de un acuerdo nuclear.

El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, asiste a una rueda de prensa en Teherán, Irán, el 16 de septiembre de 2024. (Foto: Xinhua)
El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, asiste a una rueda de prensa en Teherán, Irán, el 16 de septiembre de 2024. (Foto: Xinhua)

Estados Unidos ha propuesto una reconciliación, pero sigue intensificando la presión sobre Irán con el objetivo de alcanzar un nuevo acuerdo nuclear con Teherán. Sin embargo, la República Islámica ha rechazado rotundamente la propuesta estadounidense y defiende con firmeza su derecho a desarrollar energía nuclear con fines civiles. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el riesgo de que la intransigencia de las partes malogre la posibilidad de llegar a un acuerdo nuclear.

Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, afirmó que la campaña de máxima presión de Washington contra Irán sigue vigente, en paralelo con los esfuerzos orientados a cerrar un nuevo pacto nuclear con Teherán. Esta declaración se realizó para desmentir un informe del diario Wall Street Journal sobre una supuesta directiva de la Casa Blanca para suspender las nuevas sanciones contra Irán.

Una fuente de la Casa Blanca también señaló que la campaña del presidente estadounidense, Donald Trump, para ejercer la máxima presión sobre Irán ha llegado a un punto muerto.

Tras cinco rondas de conversaciones indirectas entre Estados Unidos e Irán, celebradas en Omán e Italia desde abril, Washington ha planteado una nueva propuesta a través del Enviado Especial de Estados Unidos para Oriente Medio, Steve Witkoff. El plan permite a Irán continuar enriqueciendo uranio a niveles inferiores al tres por ciento con fines civiles, al tiempo que prohíbe la construcción de nuevos sitios de enriquecimiento y exige el desmantelamiento de infraestructuras clave para la conversión de uranio. La iniciativa estadounidense solo autoriza el enriquecimiento de uranio en instalaciones destinadas a la producción de energía nuclear civil, conforme a las directrices del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Washington también exige a Teherán que congele los sitios subterráneos de enriquecimiento y que suspenda la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías de centrifugación durante el período de negociación. La propuesta estadounidense incluye, además, un mecanismo de supervisión reforzado por parte del OIEA.

Según la declaración estadounidense, las sanciones contra Irán solo se aliviarán parcialmente si se cumplen plenamente las condiciones establecidas en dicha propuesta. No obstante, el presidente Trump rechazó públicamente la mencionada propuesta y subrayó que cualquier acuerdo debe exigir a Irán el cese total de las actividades de enriquecimiento de uranio, incluso con fines civiles. Esta postura ha generado una contradicción en la posición estadounidense y ha alimentado el escepticismo iraní.

En respuesta a las declaraciones de Estados Unidos, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, afirmó que la República Islámica no aceptará coerción ni exigencias impuestas en el marco de las negociaciones nucleares indirectas con Estados Unidos, bajo la mediación de Omán. Pezeshkian reafirmó que Irán no busca desarrollar armas nucleares y que está abierto a la cooperación para demostrar el carácter pacífico de su programa nuclear. Por su parte, el Líder Supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó que Teherán no renunciará al enriquecimiento de uranio y rechazó la propuesta estadounidense.

En declaraciones televisadas, Jamenei subrayó que el enriquecimiento de uranio es un componente esencial del programa nuclear iraní. Aseguró que dicha propuesta era incompatible con los principios de autosuficiencia y desarrollo independiente de la República Islámica. Jamenei reiteró que el desarrollo de tecnología nuclear con fines civiles es un derecho legítimo de todos los Estados, incluido Irán.

La portavoz del Gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani, subrayó que Teherán respalda el diálogo, pero este debe ser "transparente y sincero". Mohajerani añadió que Irán está preparado para cualquier escenario, pero que seguirá dispuesto a sentarse a la mesa de negociaciones siempre que se salvaguarden los intereses nacionales.

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