Antes de tomar el relevo de Suecia, el país ibérico reveló sus prioridades para el mandato, entre ellas la reindustrialización y garantizar la autonomía estratégica abierta de la UE. El presidente español, Pedro Sánchez, reiteró la necesidad de alejar a la Unión de situaciones de excesiva dependencia de terceros países en ámbitos tan cruciales como la energía, la sanidad, las tecnologías digitales o la alimentación.
De acuerdo con el dirigente, asirse a la autonomía estratégica reducirá los riesgos de la UE de sufrir las repercusiones negativas de las crisis externas. Para hacer realidad esta prioridad, Madrid aspira a fomentar el desarrollo de las industrias y tecnologías estratégicas en Europa a la vez que diversificar las relaciones comerciales, particularmente con América Latina.
Constituye otro foco de la presidencia española la transición ecológica. Avanzar hacia la transición ecológica, comentó Sánchez, permitirá ahorrar hasta 133 mil millones de euros en importaciones de combustibles fósiles de aquí a 2030, al tiempo que creará cerca de un millón de empleos solo en esta década.
Destacó que para el resto de 2023 España impulsará una reforma del mercado eléctrico, lo cual acelerará el despliegue de las energías renovables y bajará los precios de la electricidad.
Además, enaltecerá la meta de reforzar la unidad europea considerando el actual contexto, repleto de desafíos para la UE y cada uno de sus Estados integrantes.
España ejerce su quinta presidencia de la Unión Europea con más cambios y retos geopolíticos que durante su anterior mandato, hace más de 10 años. Las economías regionales han atravesado apuros a causa de la disparada de los precios de la energía, que repercutió en la escalada de la inflación.
Datos de la Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat) señalan que la economía de la Eurozona cayó en recesión técnica en el primer trimestre de este año. Aunque reducida a un aproximado 5,5 por ciento en junio, la tasa de inflación regional se situó muy por encima del objetivo de dos por ciento trazado por el Banco Central Europeo (BCE).
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, planteó la probabilidad de que la institución continúe las subidas de las tasas de interés en julio.
Tal medida constituye una clave importante para controlar la inflación, pero a numerosos analistas les preocupa que el ritmo de crecimiento de la economía se vea afectado. El ministro de Economía y Finanzas de Italia advirtió igualmente que la UE podría pagar un alto precio en el combate a la inflación.
Paralelamente al impacto económico, los problemas relacionados con los flujos migratorios al territorio europeo siguen sin solución y han redundado en varios conflictos entre los Estados miembros.
La reciente cumbre de la UE en Bruselas (Bélgica) no pudo llegar al consenso debido a la vehemente oposición de Hungría y Polonia a un pacto de apoyo a los refugiados, que había alcanzado un alto acuerdo de los ministros del Interior del bloque. Esto, en opinión de varios analistas, es un indicio de que la migración continuará siendo un tema divisorio en la UE.
Las discrepancias acerca de la transición verde, el conflicto en Ucrania y la cuestión de energías también son pruebas para la unidad de los Veintisiete.
Al reunirse con Pedro Sánchez luego de iniciar España su mandato, el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, valoró en alto grado los preparativos de Madrid para tomar el timón del organismo.
Pese a las actuales dificultades, particularmente cuando el país ibérico celebrará este mes elecciones generales, asumir la presidencia del Consejo de la UE le presentará la oportunidad de reafirmar su estatura regional.