Población en declive: Problema desafiante

Varios países asiáticos se enfrentan a tasas de natalidad que caen a mínimos históricos, provocando un declive demográfico. Dadas sus amplias implicaciones para el mercado laboral y la situación socioeconómica de cada país, el declive de la población debe revertirse.
(Fotografía: Reuters)
(Fotografía: Reuters)

La población mundial superó la marca de los ocho mil millones, lo que muestra un progreso significativo en la protección de la salud pública y la ampliación de la esperanza de vida de las personas.

Las Naciones Unidas predicen que la India superará a China como el país más poblado del mundo este año. Esa es también una de las naciones con mayor demografía joven en el mundo, pues más del 27 por ciento de su población tiene entre 15 y 29 años.

Sin embargo, a diferencia de India, que se enfrenta a una explosión demográfica, muchos países asiáticos como China, Corea del Sur y Japón se enfrentan a una tasa de natalidad históricamente baja y al envejecimiento de la población, con múltiples implicaciones para el desarrollo socioeconómico.

Presión de la crisis demográfica

Japón está lidiando con una fuerte caída de la tasa de natalidad. Los expertos advierten que esta situación amenaza con erosionar la estabilidad nacional. Según las últimas estadísticas del Ministerio nipón de Salud, Trabajo y Bienestar, en 2022, por primera vez, el número de bebes nacidos en la Tierra del Sol Naciente estuvo por debajo de los 800 mil niños.

El dramático descenso de los nacimientos no solo refleja cambios en el estilo de vida bajo el impacto de la pandemia de Covid-19, sino también es un problema social urgente en Japón. El secretario jefe del gabinete afirmó que la tasa de natalidad está cayendo a un ritmo alarmante y que el gobierno hará todo lo posible por dar una respuesta integral a esta situación.

Otro país del noreste asiático, Corea del Sur, se encuentra en la misma coyuntura. Según la Oficina de Estadística, el número de niños nacidos en el país en 2022 alcanzó su punto más bajo, mientras que la cifra de muertes fue superior a la de nacimientos por tercer año consecutivo.

La tasa de fecundidad general, que refleja el promedio de hijos de una mujer a lo largo de su vida, fue el año pasado de 0,78, el más bajo desde 1970. Los expertos estiman que la población de Corea del Sur disminuirá naturalmente en 200 mil o más a partir de 2038.

Mientras tanto, la población de China encogió disminuyó por primera vez desde 1961. La Oficina Nacional de Estadísticas reveló que a finales de 2022 la población fue de 1,41175 mil millones de personas, una disminución de 850 mil en comparación con el año anterior. La tasa de natalidad promedio en 2022 fue de 6,77 por cada 1000 personas, un mínimo histórico en el gigante asiático.

Varias razones determinan la baja tasa de natalidad en los países asiáticos. Las parejas jóvenes siguen retrasando o decidiendo no tener hijos en medio de la recesión económica y los altos precios de la vivienda. En 2022, la edad promedio de las mujeres embarazadas en Corea del Sur fue de 33,5 años, un aumento de 0,2 años en comparación con 2021.

El profesor Masahiro Yamada, experto en el campo de la sociología familiar de la Universidad Chuo de Japón, destacó que en comparación con hace 30 años, los jóvenes de hoy se preocupan cada vez más por el futuro y viven en medio de inquietudes tales como la dificultad para encontrar trabajo e ingresos inciertos debido a la volátil impacto situación económica. Esto los hace sentir inseguros cuando planean tener hijos.

Además, una parte de los jóvenes tiene un concepto de priorizar la libertad individual, por lo que tiende a perseguir el celibato, evitando el matrimonio y tener hijos. Según los resultados de una encuesta, hasta el 53,2 por ciento de las mujeres surcoreanas de entre 20 y 34 años dijeron que casarse y tener hijos no es importante para las féminas.

La baja tasa de natalidad y la disminución de la población tendrán inevitables consecuencias económicas, incluido el riesgo de escasez de mano de obra, una disminución del número de contribuyentes y presiones sobre el sistema de pensiones. El costo creciente de la seguridad social gravitará sobre los hombros de la generación más joven.

Promover la natalidad

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, se comprometió a abordar con urgencia la tasa de natalidad en picada. El gobierno planea duplicar el presupuesto para la crianza de los niños, centrándose en un mayor apoyo económico, mejores servicios de cuidado infantil y reforma del bienestar. También considera mejorar la licencia parental. Se espera que esta política estimule los nacimientos y evite la disminución de la población en los próximos años.

El Ministerio de Salud y Bienestar de Corea del Sur aprobó un plan de cinco años para expandir las políticas de apoyo al cuidado infantil, a tenor con el cual las parejas con niños menores de un año reciben 500 dólares al mes. El Ministerio de Educación anunció un plan para fusionar jardines de infancia y guarderías. Todos los chicos surcoreanos de tres a cinco años disfrutarán de educación gratuita.

No solo tratando de evitar la disminución de la tasa de natalidad, los países también se enfocan en llenar el vacío de recursos humanos. El Ministerio de Trabajo y Empleo de Corea del Sur realiza un plan para modificar el régimen de licencias de contratación de trabajadores extranjeros, con un tiempo de residencia desde cuatro años y diez meses hasta diez años. Esta medida tiene como objetivo aliviar la sed de mano de obra de las empresas.

Japón también suaviza las condiciones del permiso de residencia para foráneos calificados. En concreto, otorgará visas de "profesionales altamente calificados" a quienes ganen al menos 147 mil dólares al año y tengan 10 o más años de experiencia laboral. Mientras, desde hace muchos años, China alienta a los estudiantes a regresar a su tierra natal para trabajar.

Mejorar la tasa de natalidad no es fácil, especialmente cuando las perspectivas de crecimiento económico global en general aún son precarias y riesgosas, afectando directamente los planes de natalidad de las familias. Las iniciativas para reducir la carga financiera de los padres y el apoyo a la seguridad social son fundamentales a fin de fomentar la natalidad, contribuyendo a evitar los riesgos inherentes a la ampliación de la crisis demográfica en la región.