La oleada de despidos masivos en varias grandes empresas tecnológicas revela que atraviesan un momento retador. Un reciente informe señala que los despidos en Estados Unidos alcanzaron en enero su nivel más alto en más de dos años, ya que los gigantes tech recortaron puestos de trabajo a gran escala. En ese país fueron eliminados más de 102 mil 940 empleos en el primer mes de 2023, cinco veces más que en el mismo lapso del año pasado.
Los pésimos ingresos de Big Tech explican el porqué de los recortes. La fuerte caída en demanda de los consumidores de la industria de la tecnología después de la pandemia, la persistente alta inflación y el aumento de las tasas de interés obligan a los grupos tecnológicos a economizar en costos operativos.
Por ejemplo, los ingresos de Microsoft en el cuarto trimestre de 2022 alcanzaron los 52,7 mil millones de dólares, un magro aumento interanual del dos por ciento que fue el más bajo desde el segundo trimestre de 2016.
La caída de los negocios no es el único problema de las empresas de tecnología. Cada vez más países endurecen la gestión de las plataformas tecnológicas. Google, Twitter, Meta y Apple afrontan normas más estrictas de la Unión Europea sobre contenidos en Internet.
Según la Ley de Servicios Digitales, las empresas con más de 45 millones de usuarios se consideran plataformas digitales muy grandes y tienen más obligaciones, como gestión de riesgos y auditoría independiente. Además, deben compartir datos con autoridades e investigadores y aplicar un código de ética.
Recientemente, la aplicación de chat automatizado ChatGPT, de la compañía OpenAI, con sede en Estados Unidos, ha generado un auge en la comunicación masiva, reafirmando la tendencia de desarrollo de la IA. Los usuarios de ChatGPT pueden sentir como si estuvieran charlando con una persona real con un amplio conocimiento sobre diferentes temas.
A finales de enero de 2023, Microsoft confirmó que invertirá miles de millones de dólares en ChatGPT, una medida que podría ayudar al gigante tecnológico estadounidense a ganar terreno frente a su rival Google en el campo de los motores de búsqueda. Mientras, Google anunció el próximo lanzamiento de la herramienta conversacional Bard, impulsada por IA, para competir con ChatGPT.
Si bien la IA abre nuevas oportunidades de desarrollo a las empresas de tecnología, no es fácil controlar y asegurarse de proporcionar a los usuarios productos de IA útiles, seguros y confiables. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió que los avances de la IA plantean un gran riesgo para los derechos humanos, por lo que es necesario contar con mecanismos de protección contra las violaciones.
Durante la semana pasada, más de 60 países pidieron regulaciones relacionadas con el empleo de IA para garantizar que esta tecnología no perjudique la seguridad y la estabilidad internacionales. Ha habido muchas críticas a los productos de IA que generan vulneración de la privacidad, informaciones falsas, fraudes académicos y algoritmos sesgados.
La competencia del mercado de IA se está calentando. Sin lugar a dudas, este es un "terreno fértil" para que las empresas de tecnología, especialmente Big Tech, promuevan nuevas direcciones de desarrollo. Sin embargo, los expertos advierten que la ejecución de una nueva estrategia comercial debe ser cautelosa y responsable, para proporcionar a los usuarios productos tecnológicos seguros y de alta calidad.