La advertencia fue presentada luego de un informe publicado en febrero según el cual la cantidad de puestos de trabajos registró un aumento significativo, mientras la inflación cayó menos de lo esperado pese a que mostraba signos de disminución desde finales del año pasado. Las estadísticas revelan que tardará más de lo previsto lograr el objetivos de bajar la inflación al dos por ciento.
En diciembre de 2022, los responsables de la Fed anunciaron que mantendrían los tipos de interés en un nivel medio del 5,1% en 2023, por encima de lo esperado. Sin embargo, en la situación actual, la Fed podría seguir subiendo los tipos de interés por encima de ese nivel. Waller abogó por subir los tipos de interés entre el 5,1 y el 5,4 por ciento si el número de empleos tendía a la baja como a finales del año pasado y la inflación caía bruscamente.
El 22 de febrero, al publicar las actas de la reunión de enero de 2023, la Fed dijo que los miembros se inclinaban a subir las tasas de interés. Según la prensa estadounidense, aunque la mayoría acordó subir las tasas de interés en 0,25 puntos porcentuales, algunos miembros pretendían subirlas en 0,5 puntos porcentuales, mostrando una mayor determinación en la "guerra contra la inflación".
Los analistas vaticinaron que el hecho de que la Reserva Federal siga subiendo los tipos de interés no es una buena noticia para la economía estadounidense ni para la mundial, porque tendría muchas consecuencias. Si los tipos de interés suben demasiado rápido o demasiado alto, la economía estadounidense podría entrar en recesión.
El Departamento de Comercio de EE.UU. también expresó recientemente su preocupación porque los fuertes aumentos de las tasas de interés a principios del año pasado pudieran conducir a una desaceleración económica este año.
La subida de tipos de interés de la Reserva Federal afectará a las economías en desarrollo, especialmente a los países pobres. Según los estudios de los expertos, por cada aumento del uno por ciento, el crecimiento de las economías en desarrollo disminuirá un 0,8 por ciento en los próximos tres años (frente al 0,5 por ciento de las economías desarrolladas).
Al revisar la historia de los aumentos de las tasas de interés por la FED, puede verse que este movimiento perjudica mucho más a las economías en desarrollo que a los EE.UU. y otras economías desarrolladas.
En los años setenta, cada vez que la Reserva Federal subía los tipos de interés, economías como las de México, Polonia, Corea y Chile se veían inmediatamente afectadas, y entonces se produjo una crisis económica que sumió a algunos países latinoamericanos en la llamada "década perdida", caracterizada por la deuda y la pobreza. Más tarde, en 1994, una decisión similar provocó otra crisis en México y muchos países latinoamericanos.
Si la Fed sigue subiendo los tipos de interés como advirtió, la mayoría de los bancos centrales se verán envueltos en una "carrera de tipos de interés" para equilibrar el tipo de cambio. Esto llevará a que los tipos de interés en el mundo crezcan al menos un dos por ciento en 2023. Como consecuencia, los flujos de inversión y el crecimiento de las grandes economías se ralentizarán, lo que dificultará las exportaciones de muchos países en desarrollo debido a la menor demanda de bienes. Por añadidura, el fuerte aumento de la tasa de interés de dólar estadounidense agravará la “carga de la deuda” de los países pobres.
Al mismo tiempo, las monedas nacionales de los países pobres y en desarrollo se depreciarían, con el consiguiente y considerable encarecimiento de los precios de los alimentos y los fertilizantes. La economía mundial se ha ido recuperando paulatinamente tras la pandemia de Covid-19. En este contexto, la subida de los tipos de interés debe simultanearse con medidas de apoyo a los países en desarrollo, especialmente a las economías con bajos ingresos, elevada deuda pública y gran dependencia de las importaciones de alimentos y energía.