Amazon, Google, Meta y Twitter son los nombres más citados por los medios de comunicación en los últimos días mientras continúan los despidos masivos. El consejero delegado de Amazon, Andi Jassy, informó de que su empresa tiene previsto recortar otros nueve mil puestos de trabajo en las próximas semanas.
Al anunciar el despido de 18.000 trabajadores en enero de 2023, Amazon realizará el segundo mayor recorte de empleo de su historia. Sobre este hecho, Amazon dijo que la razón es que la macroeconomía sigue llena de riesgos y la empresa ha contratado demasiado en los últimos años.
Meta, la empresa matriz de Facebook, también anunció planes de eliminar otros 10 mil puestos de trabajo en busca de reducir los costos operativos. De acuerdo con el plan, Meta seguirá reduciendo personal de tecnología a finales de abril, y luego, a finales de mayo, el equipo de negocio. Los medios de comunicación de Estados Unidos informaron sobre la posibilidad de una ola de recortes de personal en Twitter. The New York Times reveló que la compañía despedirá a otros más de 200 empleados, equivalentes al 10 por ciento de la fuerza laboral ya "rebanada" por la empresa.
Esa decisión se tomó frente a la reducción de sus ganancias por la feroz competencia en el mercado de la publicidad en línea. En el cuarto trimestre de 2022, los ingresos de Meta rozaron los 32,2 mil millones de dólares, una disminución interanual del cuatro por ciento.
Las empresas y los consumidores se han visto afectados por las interrupciones de la cadena de suministro, la inflación y el conflicto de Ucrania. Dadas las precarias perspectivas de crecimiento económico mundial, la decisión de los gigantes tecnológicos de suprimir puestos de trabajo es comprensible. Según Mark Zuckerberg, Consejero Delegado de Facebook, los recortes de plantilla tienen por objeto crear una estructura empresarial más ágil y especializada y mejorar la eficiencia operativa para cumplir los objetivos a largo plazo.
Con el flujo de la cuarta revolución industrial, la tecnología IA ha creado avances en la satisfacción de la demanda humana. Las empresas tecnológicas, lo mismo las grandes que las pequeñas, no están fuera del juego en el campo de la IA.
La carrera por la IA entre los gigantes tecnológicos está más emocionante que nunca, y Microsoft ha estado invirtiendo enormes cantidades de dinero en OpenAI tras la "locura" de ChatGPT. Luego, en su afán por no quedarse atrás, Google se lanzó a la carrera con el lanzamiento de la herramienta de chatbot Bard. Google acaba de lanzar Bard en el Reino Unido y Estados Unidos. Baidu, el motor de búsqueda chino, también lanzó la herramienta de chatbot Ernie Bot, que utiliza IA.
La corporación tecnológica Microsoft dio a conocer un nuevo plan destinado a brindar a sus clientes la oportunidad de alcanzarse a la IA al actualizar el software de oficina. Así, aprobó AI Copilot, una nueva generación de AI para el software Microsoft 365, incluidas las aplicaciones Word, Excel, Power Point y Outlook.
Con el desarrollo de nuevos productos basados en IA, algunos temen que supongan amenazas potenciales para los usuarios. Darktrace, una empresa de ciberseguridad con sede en el Reino Unido, ha advertido de que el prototipo de chatbot ChatGPT puede haber aumentado el número de estafas cibernéticas mediante trucos sofisticados. También se han planteado preocupaciones sobre el riesgo de desinformación y fraude académico en torno a la herramienta.
Tras haber experimentado un auge durante la pandemia de Covid-19, los gigantes tecnológicos se enfrentan al reto sin precedentes de no desaprovechar las oportunidades creadas por la IA para promover su fuerza y aumentar su competitividad. Y lo que es más importante, deben contar con una estrategia eficaz y responsable para servir y apoyar a los seres humanos al tiempo que mitigan los riesgos.