A punto de concluir en la capital austriaca, la octava ronda de las conversaciones tiene por objetivo restaurar el PAIC original y llevar a Estados Unidos de vuelta a este pacto multilateral luego que el gobierno del presidente Donald Trump lo abandonara en 2018.
Las consultas al respecto se llevan a cabo entre una comisión conjunta de Irán y cinco potencias (Rusia, Reino Unido, Alemania, China y Francia), de forma separada con Estados Unidos y sin la participación de ese país del Medio Oriente, así como en tres grupos de trabajo. Los negociadores vienen elaborando un borrador del documento final y esperan finalizarlo en el futuro cercano.
Aunque las partes han declarado que pronto llegarán a un entendimiento, Irán reafirmó su firme empeño en no transigir en ciertos asuntos. Su prerrequisito para continuar las negociaciones hasta conseguir eventualmente un acuerdo es que el Occidente respete las ‘líneas rojas’, incluido el aseguramiento de los intereses económicos de Teherán.
Igualmente, Rusia exige garantías por escrito de Estados Unidos, a nivel mínimo de Secretario de Estado, de que las sanciones contra Moscú debido al conflicto en Ucrania no excluirán su cooperación con la nación iraní en virtud de ese acuerdo nuclear, firmado en 2015. En un escenario en que Occidente tomará nuevas medidas punitivas, la parte rusa espera recibir una clara respuesta del país norteamericano.
Por otro lado, Estados Unidos aseveró que todavía tiene problemas por solventar con Irán, considerando que el antiguo marco del convenio no es suficiente para frenar sus ambiciones nucleares.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) advirtió en un reciente informe que las reservas de uranio enriquecido de Irán superan en 15 veces el límite establecido en el PAIC, a saber, 3197,1 kilogramos. La entidad también pretende trabajar con el país persa para esclarecer de aquí a inicios de junio próximo las dudas sobre el origen de trazas de esa sustancia química halladas en sitios nucleares en el Estado de Asia Occidental, algo que jamás había sido publicado.
Las partes pactaron, además, una hoja de ruta destinada a resolver cuestiones candentes relacionadas con el programa nuclear de esa República Islámica. Se trata de la palanca más reciente para acelerar el restablecimiento del tratado atómico. El director general del OIEA calificó de necesaria la cooperación de Teherán a fin de llegar a un acuerdo, un buen progreso e incluso una conclusión sobre el tema antes del plazo límite en junio.
De hecho, si las actuales dudas permanecen sin resolverse, las partes no lograrán salvar el PAIC. Un factor determinante en las negociaciones sobre el tema consiste en la demanda de Teherán de que los países del Occidente terminaran de debatir sobre las trazas de uranio en lugares no reportados en su territorio. La nación persa ha insistido en su llamado a poner fin a las investigaciones del OIEA sobre tal presencia de materiales radioactivos. Según los países negociadores, es un asunto separado del PAIC y requiere acciones de alivio de Teherán.
La parte iraní ha anunciado tres cuestiones por solucionar en el proceso de negociación: el nivel de levantamiento de las sanciones, las garantías de que Estados Unidos no vuelva a retirarse del pacto, y el compromiso propio de cumplir el acuerdo. Declaró que no aceptaría ningún plazo de Occidente para la reactivación del tratado. Mientras, el país norteamericano comentó que las conversaciones están en una etapa decisiva y expresó la esperanza de ver una mayor determinación de Teherán.
Si bien Rusia y representantes de la Unión Europea se muestran optimistas acerca de la posibilidad de conseguir el acuerdo nuclear, las discrepancias difíciles de conciliar entre Estados Unidos e Irán han dado como resultado que Washington y sus aliados reconozcan haber preparado un plan de contingencia en caso de resultar infructuosas las negociaciones.