La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y varias organizaciones internacionales han utilizado repetidamente el término "crisis humanitaria" y han pedido a la comunidad internacional que aumente el apoyo a los afectados muchas regiones. En una reciente reunión del Consejo Económico y Social de la ONU, el Secretario General, Antonio Guterres, advirtió de que las actuales necesidades humanitarias mundiales no tienen precedentes. Unos 360 millones de personas en todo el mundo necesitan ayuda, lo que supone un aumento del 30 por ciento desde principios de 2022. Además, más de 110 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares y otros 260 millones padecen inseguridad alimentaria grave.
La principal causa de estas situaciones es el estallido de conflictos y la continuación de otras disputas que llevan muchos años sin resolverse. Guterres subrayó que los civiles pagan un alto precio cuando las partes beligerantes violan los derechos internacionales atacando hospitales, escuelas e infraestructuras críticas. Además, la crisis económica mundial y el cambio climático han perjudicado a los grupos vulnerables.
Por ejemplo, el conflicto entre el Ejército regular y la fuerza paramilitar RSF en Sudán, desatado en abril pasado, obliga a más de 2,2 millones de personas a huir de sus hogares y provoca una gran crisis humanitaria. En Siria, la crisis, de más de 10 años, deja 12 millones de desplazados, de los cuales 5,4 millones buscan asilo en países vecinos.
La ONU estimó que el 90 por ciento de los sirios que siguen en el país llevan una vida pobre y el 60 por ciento se ven afectados por la inseguridad alimentaria. El país de Medio Oriente también sufrió graves daños por el fuerte terremoto ocurrido en febrero de 2023 y aún se recupera de la pandemia de Covid-19.
La Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo informa de que en 2023 unos 30 millones de personas de África Oriental y el Cuerno de África podrían necesitar ayuda alimentaria. El número de personas hambrientas en la región ha alcanzado niveles sin precedentes debido al clima extremo, las catástrofes naturales, la inseguridad alimentaria y la crisis económica.
La situación en Sudán, Siria y la región del Cuerno de África son indicadores de la situación humanitaria mundial, pero también podría mencionarse otros "puntos críticos" como Afganistán, Haití y Yemen, entre otros. Esto supone un gran reto para la ONU y las organizaciones internacionales en términos de financiación para hacer frente a las crecientes necesidades humanitarias. La mayor organización multilateral del mundo sólo ha recibido una quinta parte de los fondos necesarios para actividades humanitarias en el primer semestre de 2023.
Según los analistas, la reducción de la ayuda humanitaria es inevitable si no se encuentra una solución a la crisis financiera. De hecho, a mediados de junio, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció un recorte de la ayuda alimentaria a Siria debido a la falta de financiación. En el anuncio se afirmaba que la crisis financiera había provocado que la organización sólo prestara ayuda a 2,5 millones en lugar de los 5,5 millones de sirios necesitados. Si se llega a todos, el PMA se quedará sin fondos el próximo mes de octubre.
Las actividades humanitarias han ayudado a muchas personas a superar las dificultades causadas por los conflictos, los desastres naturales y la crisis. El secretario general de la ONU subrayó que la asistencia humanitaria ofrecida en los últimos tiempos ha contribuido a prevenir hambrunas en Somalia, Afganistán y el Sahel. En 2022 recibieron apoyo alrededor de 15,4 millones de personas en Ucrania, 17 millones en Afganistán, 2,8 millones en Nigeria y 2,5 millones en Congo.
Con el objetivo de mantener activos los programas humanitarios, Guterres llamó a los patrocinadores a aumentar sus contribuciones y afirmó que el mundo debe esforzarse mucho más para resolver de raíz las causas de las crisis.