Todos los ojos están puestos en la reunión de política del BCE, a celebrarse el 15 de junio. Los analistas consideran que la institución financiera podría seguir aumentando las tasas de interés en 0,25 puntos porcentuales. Al comparecer ante el Parlamento Europeo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, explicó que algunos índices han mejorado, pero sin evidencia clara de que la inflación subyacente haya tocado techo.
Según la Oficina Estadística de la Unión Europea, el pasado mes de mayo la inflación básica (excluidos alimentos y energía) en la eurozona descendió ligeramente hasta el 5,3 por ciento, mientras que la inflación global registró un descenso significativo hasta el 6,1 por ciento, frente al 7 por ciento de abril.
En las tres mayores economías de la eurozona -Alemania, Francia e Italia- la inflación descendió al 6,1, 5,1 y 4,1 por ciento en abril, respectivamente, gracias a la bajada de los precios de los carburantes. La Oficina Federal de Estadística de Alemania informó de que el descenso del comercio mayorista fue del 0,5 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior. Es la primera vez que los precios anuales al por mayor en la primera economía europea caen desde diciembre de 2020.
Tras la inflación récord generada por el conflicto en Ucrania, la tendencia al alza de los precios en muchos países europeos ha empezado a mostrar signos de desaceleración, lo que promete que los consumidores podrán salir pronto de la inflación galopante. Esto es un buen augurio para el descenso de los precios de las mercancías, tras alcanzar un máximo de dos dígitos en octubre del año pasado. Sin embargo, los economistas prevén que pasarán muchos meses antes de que los consumidores sientan un verdadero alivio. El crecimiento de los precios al consumo sigue muy por encima del objetivo del dos por ciento fijado por el BCE.
La desaceleración de la inflación en la Eurozona se debe a que en mayo los precios de la energía disminuyeron 1,7 por ciento en relación con el año pasado, después de aumentar 2,4 por ciento en abril. Mientras, el costo de los alimentos creció 12,5 por ciento en comparación con el 2022, pero por debajo del incremento del 13,5 por ciento registrado en abril.
Al hablar durante la presentación del informe periódico del BCE sobre la estabilidad financiera, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, dijo que Europa está en el camino correcto y que los países de la región deben considerar con cautela la evolución de la inflación y el desarrollo básico, excluyendo los precios de los alimentos y la energía.
El BCE ha elevado su tipo de interés de referencia en 3,75 puntos porcentuales desde el inicio de una campaña sin precedentes de ajuste de la política monetaria en julio pasado. Los movimientos de los precios en los países de la Eurozona son decisivos para la política de tipos de interés del BCE.
A principios de mayo, la institución financiera subió el tipo de interés de referencia en la Eurozona al 3,75 por ciento por séptima vez consecutiva. Lagarde destacó que la prioridad más importante del BCE es disminuir la inflación al planeado dos por ciento.
Aún el BCE encara muchos desafíos, pero los expertos confían en que continuará aumentando el tipo de interés en los próximos meses, a fin de garantizar la estabilidad financiera y monetaria de la región.