Argentina ha dado pasos agigantados

Argentina, que originalmente era el mayor deudor del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha dado pasos agigantados para lograr su primer superávit financiero en 14 años y la inflación más baja en seis.

En una conversación mantenida el 19 de enero en Washington (Estados Unidos) con el presidente de Argentina, Javier Milei, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, elogió los avances del país sudamericano en 2024.

“La reunión ha sido excelente en un contexto de los tremendos progresos de Argentina para reducir la inflación, estabilizar la economía y volver al crecimiento”, indicó la ejecutiva, y señaló también que la pobreza en esa nación por fin está bajando.

Tras el diálogo, Georgieva informó de que un equipo del Fondo viajará a Buenos Aires esa misma semana para cerrar un nuevo acuerdo crediticio que, según dijo, propiciará una Argentina más dinámica y próspera. Según la funcionaria, el FMI establecerá pronto un programa similar para fomentar el crecimiento de la tercera economía de América Latina, que está en negociaciones con la entidad sobre un préstamo de 44 mil millones de dólares.

Este es un momento muy favorable, analizó, porque la economía del país sudamericano “está creciendo a un ritmo más rápido de lo proyectado y, lo que es más importante, la gente apoya las reformas, y eso es el factor más importante para el éxito”.

Argentina es miembro del Grupo de los Veinte (G20) y uno de los principales exportadores de cereales. Su historia de deuda se remonta a finales de la década de 1990, cuando el país no pudo hacer frente al pago de préstamos destinados a la modernización. En determinados periodos, fue el mayor endeudado del FMI. En 2018, bajo la presidencia de Mauricio Macri, recibió financiación del organismo por 45 mil millones de dólares.

Las condiciones de la institución acreedora son específicas y rigurosas en términos financieros y económicos para mantener un acuerdo de reestructuración de la deuda argentina, y se revisa el pago cada tres meses. Las estimaciones para 2024 indican que el país le debe más de 32 mil millones de dólares al Fondo, lo que equivale al 5,3 por ciento de su producto interior bruto (PIB).

El Gobierno argentino se ha esforzado por aplicar una política de recorte del déficit presupuestario en 2024 mediante la reducción de las subvenciones estatales a servicios esenciales como la electricidad, el agua, las telecomunicaciones, el transporte público, el gas y el petróleo, la sanidad y la educación, así como la reestructuración de la administración pública mediante la supresión de 34 mil puestos de trabajo. Los esfuerzos del país sudamericano por "apretarse el cinturón" se han visto así recompensados.

Según el ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, en 2024 su país alcanzó por primera vez en 14 años un superávit fiscal equivalente al 1,8 por ciento del PIB. En su cuenta de X, afirmó que la política de austeridad y de selección de empleados del sector público se mantendrá en 2025 y calificó los resultados financieros del año pasado como un hito histórico para la tercera mayor economía de América Latina.

Subrayó también que el programa de drásticos recortes del gasto público había sorprendido al mundo y que la política de "apretarse el cinturón" era la herramienta central para restablecer la estabilidad macroeconómica y la paz social. Señaló que al eliminar el déficit presupuestario, Argentina ya no tendría que recurrir a la impresión de moneda y, por lo tanto, podría controlar la inflación, un fantasma que ha rondado al país latinoamericano durante décadas.

Tras los esfuerzos por ajustar la política fiscal en el primer año de mandato, el Gobierno del presidente Javier Milei ha logrado frenar inicialmente la hiperinflación, aunque esta sigue siendo alta en el mundo. Caputo anunció que la tasa de inflación de Argentina en 2024 fue la más baja desde 2018.

Se espera que la inflación en Argentina baje al 25 por ciento y el crecimiento económico alcance el 5 por ciento en 2025. El Gobierno subrayó que gracias al esfuerzo de la ciudadanía, el país se ha estabilizado y ha comenzado a restablecer las condiciones necesarias para emprender el camino hacia la prosperidad.

En un contexto de mejora de la salud económica, el gobierno argentino se ha fijado el objetivo de reconstruir el país de aquí a 2025. Para ello, sigue fomentando la inversión y facilitando las importaciones. A partir de febrero, permitirá que el peso local y el dólar estadounidense circulen en paralelo, creando una sana competencia entre divisas. Además, Argentina eliminará muchas regulaciones que obstaculizan el desarrollo y el avance hacia una mayor liberalización económica.