Aunque el concepto de “industria visual” aún es reciente, se espera que el desarrollo de un ecosistema creativo basado en IA impulse el crecimiento de la industria cultural nacional.
A fines de mayo, “Hiep si De Men” (El caballero grillo), obra de Le Van Thao, se convirtió en el primer libro ilustrado íntegramente con inteligencia artificial en Vietnam, con más de 200 imágenes generadas por cinco sistemas especializados en personajes, escenarios, iluminación y postproducción. Aunque el autor había escrito el borrador hace más de 20 años, solo con la llegada de la IA logró hacer realidad su deseo de ilustrarlo por completo, destacando que esta tecnología no reemplaza al ser humano, sino que abre nuevas puertas a la creatividad.
Otro proyecto destacado es “Loi Nguyen duoi anh trang” (La maldición bajo la luz de la luna), una película de ciencia ficción de tres horas producida enteramente con IA por el joven director Pham Vinh Khuong, utilizando solo un teléfono móvil y un sistema de IA desarrollado por él mismo. Antes de ello, ya había realizado exitosos videoclips con IA.
Además, Alpha Animation Studio aplicó IA en varias obras de animación que se publicaron en junio pasado.
La presencia de IA en esta industria acorta tiempos de producción, reduce costos, amplía el espectro creativo y permite a individuos o pequeños equipos generar obras de calidad sin grandes recursos.
Según Pham Vinh Khuong, la IA puede colaborar en la escritura de guiones, el análisis de datos y la estructuración de historias, en contribución a facilitar así proyectos independientes más flexibles y eficientes.
Sin embargo, muchos artistas coincidieron en que la IA difícilmente puede reemplazar el pensamiento creativo original y acordaron que una película no solo son imágenes en movimiento, sino una visión artística única. La IA aún no puede sentir ni contar como lo hace un ser humano, agregaron.
En la misma línea, Do Lenh Hung Tu, presidente de la Asociación de Cine de Vietnam, enfatizó que el arte debe conmover al espectador, y esa emoción es algo que la IA no puede generar. Por ello, junto al uso inteligente de la IA, es fundamental contar con políticas de inversión integrales en producción, formación, archivo, distribución e intercambio cultural.