Abren puertas a integración de Mercado Común del Sur

La Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) concluyó en Argentina, con el compromiso de fortalecer la competitividad del bloque para impulsar la integración internacional.

En un contexto mundial cada vez más complejo y con numerosos desafíos para América Latina y el Caribe, promover la solidaridad y la cooperación es fundamental para el desarrollo sostenible de la región.

La Declaración Conjunta de la Cumbre del Mercosur afirmó que el bloque, creado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, necesita convertirse en un ente económico más competitivo a fin de atraer inversiones y potenciar el desarrollo económico de los países miembros. Según sus líderes, deben garantizar que la región sea una zona de paz, libre de armas de destrucción masiva, ya que consideran que esta es un prerrequisito para el proceso de integración sostenible.

La conferencia arrojó una serie de resultados positivos. Entre ellos, destaca la negociación de un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, que culminó tras 14 rondas de negociaciones. En 2023, las exportaciones del Mercosur a la AELC ascendieron a tres mil 370 millones de dólares, mientras que las exportaciones de la AELC al bloque fueron de tres mil 820 millones de dólares.

Esto se considera un avance importante en el esfuerzo por diversificar los vínculos comerciales fuera del bloque. Si bien la AELC no es un mercado clave en comparación con Estados Unidos, la Unión Europea (UE) o China, el acuerdo con la AELC sigue teniendo una gran importancia política y diplomática para el Mercosur, lo que ayuda al bloque a mejorar su posición. Este también es un paso importante para que el Mercosur promueva la firma oficial de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la UE.

También han surgido indicios positivos sobre la posibilidad de firmar un TLC entre el Mercosur y la UE. En una rueda de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, expresó su confianza en que el Mercosur y la UE firmarán pronto el acuerdo. Según el funcionario brasileño, actualmente no existen dificultades significativas que lo impidan y el TLC entre ambas partes podría firmarse en el segundo semestre de 2025, cuando Brasil asuma la presidencia rotatoria del Mercosur.

En diciembre de 2024, el Mercosur y la UE finalizaron las negociaciones del TLC, poniendo fin a un arduo proceso de negociación de 25 años y con el objetivo de crear una de las mayores zonas de libre comercio del mundo.

El acuerdo entre ambas partes fue elogiado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como “un hito verdaderamente histórico”, con la expectativa de crear un mercado de aproximadamente 800 millones de personas y eliminar los aranceles de importación sobre más del 90 por ciento de los productos de la UE exportados al bloque sudamericano.

No obstante, algunos países de la UE, como Francia, siguen mostrando preocupación, especialmente en lo referente al sector agrícola, debido a las diferencias en las normativas medioambientales entre la UE y los países sudamericanos.

La región de América Latina y el Caribe demuestra cada vez más su atractivo para los inversores internacionales gracias a sus abundantes recursos minerales y su mano de obra. La puja por la influencia de países como Rusia, Irán, China, la UE, en América Latina, mediante acuerdos de cooperación, programas de apoyo e inversión extranjera directa (IED), ha dinamizado la economía latinoamericana. En un esfuerzo por ampliar las conexiones con nuevos socios, el Mercosur también se centra en las economías dinámicas de Asia.

El presidente brasileño, Lula da Silva, declaró recientemente que, como presidente rotatorio del Mercosur, su país impulsará al bloque hacia el objetivo de aumentar el comercio con socios externos. Elogió los beneficios de fortalecer las relaciones con Japón, China, Corea del Sur, la India y Indonesia.

El Banco Mundial predijo que el crecimiento económico de América Latina y el Caribe en 2025 solo alcanzaría el 2,1 por ciento debido a la alta tasa de endeudamiento y la creciente inestabilidad global, lo que obstaculiza el desarrollo de la región. Sin embargo, con espíritu de buena voluntad y disposición para abrir las puertas a socios e inversores de fuera de la región, los países latinoamericanos, en general, y el Mercosur, en particular, siguen tratando de encontrar oportunidades para transformarse y salir adelante en tiempos difíciles.

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