Las elecciones a la Cámara Alta de Japón se celebrarán el 20 de julio y la campaña electoral comenzará el día 3 de ese mismo mes. La decisión se tomó después de que el Gobierno del primer ministro japonés, Ishiba Shigeru, decidiera no prorrogar el periodo ordinario de sesiones de la Dieta, lo que significa que el periodo de sesiones de 150 días finalizará, según lo previsto, el 22 de junio. Este progreso se produce después de que el proyecto de ley de reforma de las pensiones se aprobara gracias a un acuerdo de última hora entre el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) y el principal partido de la oposición, el Partido Democrático Constitucional de Japón (CDPJ).
La coalición gobernante de Japón ha tenido dificultades para impulsar proyectos de ley en la Dieta tras perder la mayoría en la Cámara de Representantes en las elecciones generales de octubre de 2024. El PLD y su socio de coalición, Komeito, aspiran a mantener su mayoría en la Cámara Alta en las próximas elecciones.
El primer ministro japonés, Ishiba Shigeru, presidente del PLD, instruyó recientemente a este partido para que incluyera en su plataforma electoral una ayuda económica de 20 mil yenes por persona (unos 140 dólares) y considerara añadir 20 mil yenes adicionales por cada niño y adulto de un hogar exento del impuesto de residencia. Se espera que el presupuesto necesario para esta medida ascienda a tres billones de yenes (20 mil millones de dólares) y no dependa de los bonos nacionales, que actualmente presentan un gran déficit, sino que se movilizará con los ingresos fiscales correspondientes.
Justo antes de las elecciones, el jefe del Gobierno japonés también incluyó en el compromiso del PDL que Japón debería aspirar a elevar su producto interior bruto (el valor de todos los bienes y servicios finales a precios de mercado actuales) a un cuatrillón de yenes (siete billones de dólares) para 2040, a la vez que aumentaría los ingresos medios en más del 50 por ciento durante el mismo período.
Japón necesita construir una economía sólida, en particular centrándose en un crecimiento salarial que supere la inflación, afirmó Ishiba. El gobierno japonés, que ha declarado que tres décadas de recortes de costes en la economía han llegado a su fin, ha hecho hincapié en que los aumentos salariales son la base de su estrategia de crecimiento económico.
Mientras tanto, para abordar el problema de los precios del arroz, que se han duplicado con respecto al año anterior, el Gobierno japonés ha prometido medidas integrales, como facilitar la distribución de las reservas de arroz del Gobierno y revisar en profundidad las políticas de superficie cultivada con arroz para garantizar un suministro estable de alimentos.
Con esta medida, se considera que el primer ministro ataca una de las políticas agrícolas más sensibles del país. Ante el aumento de los precios del arroz, Ishiba ha manifestado su disposición a reformar el sistema de ajuste de la producción japonesa, con décadas de antigüedad, con el fin de contrarrestar la presión populista de los partidos de la oposición, que reclaman la reducción de los impuestos al consumo para apoyar el gasto familiar.
Ishiba se opuso a la revisión fiscal, ya que teme que pueda obstaculizar los esfuerzos del Gobierno para garantizar una financiación adecuada para los programas de seguridad social y pensiones en un momento en que la salud fiscal de Japón es la peor entre las principales economías.
Por otro lado, la mayoría de los partidos de la oposición abogan por la reducción o abolición del impuesto al consumo como una de las soluciones clave de cara a las elecciones a la Cámara Alta.
En consecuencia, el CDPJ propuso reducir el impuesto al consumo de alimentos al cero por ciento en el plazo de un año, a partir de abril de 2026, y adoptar una política de deducciones fiscales combinada con subsidios. El CDPJ también aboga por proporcionar 20 mil yenes por persona hasta que se implemente la reducción de impuestos. El Partido Reformista de Japón ha propuesto la abolición temporal del impuesto al consumo de alimentos hasta marzo de 2027 y una reducción de 60 mil yenes anuales en las cotizaciones a la seguridad social para cada persona en edad laboral.
Todos los partidos políticos japoneses han buscado formas de afrontar la subida de precios y lo han considerado un objetivo político para atraer la atención de los votantes, lo que demuestra la creciente presión inflacionaria sobre la cuarta economía más grande del mundo. Estas políticas también serán un factor importante para determinar la posición de los partidos políticos en las elecciones a la Cámara Alta.