En la reunión anual de primavera de las Juntas de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial (BM) y del FMI, que se celebrará del 10 al 16 de abril en Washington, funcionarios de bancos centrales, ministros de Hacienda, ejecutivos del sector privado y expertos debatirán sobre los temas candentes de la actualidad mundial, las perspectivas de la economía mundial, los esfuerzos para reducir la pobreza y mejorar la eficacia de la ayuda.
La quiebra de bancos en Estados Unidos y Europa, así como la amenaza permanente que suponen las graves tensiones geopolíticas, harán que la reunión de este año sea sumamente difícil.
En vísperas de la conferencia, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, lamentó que el conflicto en Ucrania haya perjudicado gravemente a la economía mundial tras una sólida recuperación en 2021. El crecimiento mundial se redujo del 6,1% al 3,4% en 2022, es decir, casi a la mitad. En 2023, se espera que la economía mundial aumente menos de un 3%, según el FMI.
En vísperas de la conferencia, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, lamentó que, después de una fuerte recuperación en 2021, la economía mundial sufrió un duro golpe por el conflicto en Ucrania.
Puntualizó que los distintos grupos de países experimentarán un crecimiento a ritmos significativamente diferentes. Los motores del progreso serán las economías emergentes, sobre todo las asiáticas. Este año, India y China representarán más de la mitad del crecimiento mundial.
Mientras tanto, la expansión económica en EE.UU. y la eurozona será más lenta debido al impacto del aumento de los tipos de interés en la demanda de los consumidores. En 2023, el 90% del conjunto de las economías avanzadas se ralentizará.
Cuando la demanda de exportaciones de los países de renta baja disminuye, el coste de la deuda aumenta para esas naciones. Su crecimiento de la renta per cápita ha ido a la zaga del de las economías emergentes. Estos países no han podido ponerse se al día con el desarrollo de los demás como consecuencia de este golpe devastador.
Las drásticas medidas monetarias y fiscales, junto a la coordinación de acciones entre instituciones, han evitado un resultado peor.
Sin embargo, las perspectivas de crecimiento se están viendo negativamente afectadas por los altos precios y la escalada de las tensiones geopolíticas, sobre todo en los países más vulnerables. Es más desafiante esforzarse por erradicar la pobreza y reparar las "cicatrices económicas" dejadas por la catástrofe de Covid-19.
El desacuerdo sobre la reestructuración de la deuda sigue siendo un desafío. Una cuarta parte de las economías emergentes corren riesgo de impago, según la evaluación del FMI, y aproximadamente el 15% de las naciones de renta baja ya están agobiadas por la deuda. Otro 45% se enfrenta a la vulnerabilidad de elevada deuda.
Para ayudar al mundo a salir gradualmente de la actual situación de crisis múltiples, un economista del FMI esbozó las siguientes prioridades de actuación: impulsar la inclusión, acelerar la revolución digital, mejorar el entorno empresarial, elevar la calidad de los recursos humanos y aumentar la productividad y el potencial de crecimiento mediante reformas estructurales. Reducir la disparidad en la participación de las mujeres en la población activa podría aumentar la producción económica en un promedio del 35 por ciento en los países con altos niveles de desigualdad de género.
De hecho, una de las tareas urgentes es reducir el impacto de la divergencia económica y las tensiones geopolíticas. Las guerras no solo matan personas inocentes, sino también exacerban la crisis del costo de vida, provocan más hambre y aumentan el riesgo de conflicto en el comercio y las finanzas.