El tiempo y lugar de reunión extraordinaria de la alianza militar, efectuada el 24 de marzo en Bruselas, coinciden con los de las cumbres de la Unión Europea y el Grupo de los países industrializados (G7). Esos eventos se celebran un mes después de que Rusia lanzara una operación militar especial en el este de Ucrania.
En declaraciones antes de la conferencia, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, enfatizó la importancia de revisar la posición de la alianza militar. Advirtió que una “nueva realidad de seguridad” se ha formado en Europa, por lo que la OTAN debe replantear la estrategia de defensa y acordar medidas destinadas a reforzar su seguridad a largo plazo y en todos los sectores.
En la cita, la OTAN decidió a establecer otros cuatro grupos de combate en Bulgaria, Hungría, Rumania y Eslovaquia, elevando a ocho el número de reservas multinacionales desde el Mar Báltico hasta el Mar Negro, con el fin de consolidar la seguridad en el flanco oriental. Además de los soldados europeos, otros 100 mil de Estados Unidos se han movilizado para implementar las metas de seguridad de la OTAN. Los países miembros también abogaron por realizar más ensayos militares para reforzar los ejércitos en tierra, mar y aire.
Los miembros de la OTAN también afirmaron que persiguen el objetivo de aumentar el gasto en defensa al dos por ciento del Producto Interno Bruto para 2024.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó la “unidad absoluta” entre los aliados de la OTAN en tres asuntos: fortalecer la seguridad del flanco oriental, aumentar el apoyo militar y humanitario a Ucrania y endurecer las sanciones económicas a Rusia. Estados Unidos se comprometió a proporcionar más de dos mil millones de dólares en equipo militar a Ucrania desde el comienzo del mandato de Biden, y Washington continúa ofreciendo asistencia humanitaria por mil millones de dólares para millones de ucranianos afectados por el conflicto.
En un vídeo enviado a la reunión de la OTAN, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, informó que Kiev necesita una ayuda militar “sin límite”. El mandatario ucraniano pidió a la OTAN proporcionar a Ucrania más armas ofensivas, como cazas y tanques. La OTAN acordó aumentar el apoyo a Ucrania a través del suministro de equipos militares como sistemas de defensa aérea, vehículos aéreos no tripulados, junto con un importante apoyo financiero.
Sin embargo, la OTAN afirmó que no enviará tropas a Ucrania. Stoltenberg reiteró la posición de que la OTAN no es parte del conflicto ni pretende buscar la guerra o el enfrentamiento. Enfatizó los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis en Ucrania. El canciller de Alemania, Olaf Scholz, pidió el fin de la guerra por vía política, a través de la diplomacia. El presidente de Francia, Emmanuel Macron también reiteró que su país no es parte del conflicto en Ucrania y sigue en negociaciones con Rusia para llegar a una solución pacífica al conflicto.
Ante las dudas sobre la ruptura de la alianza en el pasado, los logros alcanzados por los líderes de la OTAN muestran sus esfuerzos para consolidar la unidad interna. En medio de cambios impredecibles en la seguridad regional, los compromisos de la OTAN contribuyen a tranquilizar a los socios, levantar el espíritu de los miembros y restablecer la confianza en el papel de la OTAN en la estructura de seguridad regional.
