Este fondo, que se gastará en los dos años siguientes, se acordó por abrumadora mayoría en la 76ª conferencia de la Asamblea General de la Salud (AMS) celebrada en Suiza. Además, los 194 Estados miembros también acordaron aumentar sus contribuciones en un 20 por ciento.
El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, elogió la histórica decisión y subrayó que constituye la base para establecer una OMS más fuerte.
En los periodos 2024-2025 y 2030-2031, las contribuciones representarán una quinta parte y la mitad del presupuesto anual, respectivamente, constituyendo así un fondo más estable y flexible.
El jefe de la OMS afirmó que con tal financiación, la organización podría centrarse en desplegar los proyectos de salud o manejar eventuales pandemias sin perder tiempo en recaudar fondos.
En sus 75 años de historia, la OMS ha logrado mucho y ha mantenido su posición esencial a la hora de abordar los problemas sanitarios mundiales.
Ghebreyyesus declaró en la 76ª Asamblea Mundial de la Salud que la salud humana ha mejorado considerablemente desde la creación de la OMS. La longevidad mundial aumentó un 50%, la mortalidad infantil se redujo un 60% y se erradicó la viruela.
Durante los tres años que duró la pandemia de Covid-19, la OMS ayudó a las naciones a superar los periodos más difíciles gracias a la cooperación internacional, el fortalecimiento de los sistemas de salud y el acceso justo, equitativo y oportuno a las vacunas contra esta enfermedad.
Además, se han acelerado las negociaciones para un acuerdo internacional destinado a crear un escudo que proteja la salud de las personas frente a futuras pandemias.
Sin embargo, se enfrenta a una sobrecarga debido al aumento de los retos sanitarios en el mundo, tanto en frecuencia como en alcance.
Hasta 2023, la organización sanitaria multilateral ha lidiado con 53 situaciones urgentes de alta amenaza, como el cólera, Covid-19 y la pandemia de Marburgo en Guinea Ecuatorial y Tanzania.
El presidente del comité que revisa las respuestas de emergencia de la OMS, Walid Ammar, afirmó que a medida que el mundo se enfrenta a múltiples emergencias a la vez, la escasez de recursos financieros y humanos se hace cada vez más evidente.
Según Ammar, el presupuesto principal del programa de respuesta urgente para el periodo 2022-2023 solo alcanza para cubrir el 53 por ciento de las necesidades.
En la actualidad, la financiación operativa de la OMS procede principalmente de contribuciones fijas y voluntarias. Los 194 Estados miembros pagan una cuota fija en función de su capacidad financiera y del tamaño de su población. Se trata de una fuente importante por su estabilidad y flexibilidad, pero en los últimos años representa menos del 20 por ciento del presupuesto de la OMS.
Mientras tanto, la mayor parte del presupuesto procede de contribuciones voluntarias de países, organizaciones internacionales y fondos privados. Aunque se considera una fuente importante, es inestable y está sujeta a engorrosas condiciones de desembolso.
Según los analistas, la inestabilidad de las finanzas es una de las razones por las que las actividades de la OMS no son realmente eficaces y flexibles a la hora de responder a crisis extraordinarias como las que plantean el Covid-19 y otros casos sanitarios emergentes. En este sentido, el aumento de las contribuciones sostenibles de los Estados miembros ayudará a la OMS a hacer frente a los problemas presupuestarios que arrastra desde hace décadas.