Esta opinión fue reiterada por Simon Best, profesor titular de Gestión e Innovación en la Universidad de Middlesex, durante una reciente entrevista con corresponsales de la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) en Londres.
Según Best, al observar los actuales avances tecnológicos, se puede afirmar que el mundo ha entrado plenamente en la Cuarta Revolución Industrial. La Resolución N.º 57-NQ/TW, que promueve los avances en ciencia, tecnología, innovación y la transformación digital nacional, es una señal positiva que demuestra que Vietnam ya está adoptando y participando activamente en este cambio.
Señaló que Vietnam tiene suficientes emprendedores locales, por lo que no necesita una gran aportación externa para fomentar la innovación, y sugirió que el país comience por hacer un análisis profundo de sus propios recursos.
Al referirse a las experiencias del Reino Unido en la formación de recursos humanos para la ciencia y la tecnología, el académico afirmó que Vietnam puede aprender de los retos que enfrentan las universidades británicas en este proceso, mencionando una transición importante sobre cómo esas instituciones deben competir con otras fuentes de información.
Best destacó que, desde la creación de internet, las universidades ya no son las únicas generadoras, depositarias y difusoras de conocimiento. Internet ha eliminado esta función, pero las instituciones educativas aún no han logrado adaptarse a esta nueva realidad, lo cual afecta tanto al Reino Unido como a Vietnam.
Un ejemplo citado por él fue el de la inteligencia artificial (IA), que existe desde hace al menos cinco o seis años. Muchas universidades del Reino Unido carecen de programas o módulos que enseñen a los estudiantes, incluso en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), los aspectos conductuales de la IA, el aprendizaje automático, la automatización, entre otros.
Para abordar este desafío, Best subrayó que las universidades no deben limitarse a enseñar aspectos técnicos, sino que los programas STEM deben asegurar que los estudiantes no sólo comprendan cómo aplicar los conocimientos técnicos, sino que también reciban formación adicional en áreas como el emprendimiento y la innovación.
Asimismo, resaltó la importancia de la colaboración interdisciplinaria para el desarrollo de mejores recursos humanos que puedan integrarse eficazmente en la industria, empresas y organizaciones, indicando que esta colaboración entre diversas facultades o especialidades es crucial.
El académico insistió en que las disciplinas STEM han sido y seguirán siendo la base del desarrollo, pero destacó que, por sí solas, no son suficientes.
Explicó que la revolución industrial fue impulsada por profesionales (ingenieros y empresarios), no por investigadores o académicos. Por lo tanto, es necesario encontrar formas de superar las barreras entre la industria y el ámbito académico, y crear programas interdisciplinarios desde la educación preuniversitaria hasta la universitaria.
Best mencionó que diversas encuestas realizadas a empleadores muestran que la capacidad de resolver problemas complejos de manera colaborativa es una de las habilidades más demandadas. En este sentido, los estudiantes de STEM deben desarrollar competencias interpersonales que les permitan fomentar el pensamiento crítico y la colaboración, especialmente al trabajar con personas de distintos orígenes.
A su juicio, para impulsar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, deberían crearse pequeños centros locales que reúnan a empresas de todos los tamaños para explorar y compartir recursos e innovaciones tecnológicas.
Además, se debe acelerar la transferencia de tecnología de las grandes empresas a las más pequeñas (en áreas como IA, aprendizaje automático, automatización), y ofrecer incentivos para que las pequeñas empresas adopten estas tecnologías.
También propuso la creación de un mapa del ecosistema empresarial local, que permita mostrar cómo los diferentes sectores pueden apoyarse mutuamente.
Para fomentar una colaboración eficiente entre el Estado, los científicos y los emprendedores, Best sugirió que Vietnam invierta en proyectos similares al programa Erasmus Plus, que reúnan a empresas (tanto pequeñas como grandes), universidades e instituciones educativas para promover cambios en el sistema educativo.
En este modelo, el gobierno podría invitar a las empresas a identificar los problemas y desafíos que enfrentan en cuanto al desarrollo de recursos humanos, particularmente en relación con los estudiantes de STEM, y también cómo podrían colaborar más en proyectos e ideas.
Las empresas presentarán sus propuestas al gobierno, que las publicaría e invitaría a universidades y otras empresas a unirse al proyecto y proporcionar fondos para cubrir los costos de su ejecución.
En cuanto al papel de los intelectuales vietnamitas en el extranjero, Best afirmó que millones de vietnamitas en todo el mundo constituyen un recurso valioso y estratégico.
Recomendó que Vietnam adopte mecanismos para fortalecer su vínculo con esta comunidad, incentivando su retorno y aumentando la conexión con el país.