Por el momento, no se han reportado víctimas tras la llegada de esta tormenta.
La Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas informó que el tifón se debilitó a depresión tropical poco después de avanzar hacia el interior del país y se espera que salga de la masa continental a primeras horas de la tarde.
La Autoridad de Aviación Civil de Filipinas anunció la cancelación de unos 70 vuelos nacionales e internacionales a causa del temporal. Además, las clases fueron suspendidas en toda la isla de Luzón.
Esta tormenta se suma a las graves inundaciones que afectan al país desde el 18 de julio, provocadas por el tifón Wipha. Hasta la mañana del 25 de julio, al menos 25 personas han perdido la vida, principalmente por inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra, caída de árboles y electrocución, mientras que otras ocho permanecen desaparecidas.
Miles de habitantes en Manila siguen desplazados, ya que las inundaciones continúan sumergiendo numerosos barrios. En las provincias cercanas, muchos residentes quedaron atrapados y tuvieron que ser rescatados en bote.
Filipinas es uno de los países más vulnerables a desastres naturales en el mundo, enfrentando en promedio 20 ciclones tropicales al año.