La persistente preocupación de Estados Unidos

A 21 años de los ataques terroristas del 11 de septiembre contra Estados Unidos (EE.UU.), el mundo enfrenta aún amenazas a la seguridad global. Acrecentando las operaciones tanto en intensidad como en escala, Washington y sus aliados tratan de frenar el peligroso resurgimiento del terrorismo. Sin embargo, el temor persiste.
La bandera nacional de EE.UU. colgada en el Pentágono, de Washington, el 11 de septiembre de 2022, en un acto de homenaje a las víctimas del siniestro. (Fotografía: Reuters)
La bandera nacional de EE.UU. colgada en el Pentágono, de Washington, el 11 de septiembre de 2022, en un acto de homenaje a las víctimas del siniestro. (Fotografía: Reuters)

La tragedia ocurrida el 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas de Nueva York no solo es una atormentadora obsesión para los estadounidenses, sino recuerda al ser humano el dolor causado por el terrorismo y su persistente amenaza.

Como consecuencia, EE.UU. y otros países se han dejado llevar por una lucha antiterrorista mundial. Desplegaron operaciones en todas partes, considerando “puntos calientes” a Iraq, Siria, Afganistán y naciones africanas.

El país norteamericano lleva más de 20 años timoneando la alianza global contra el mencionado flagelo, entre cuyos esfuerzos más recientes descuella el enfrentamiento a la red terrorista internacional Al Qaeda y el autoproclamado Estado Islámico (EI).

Tras exterminar a Osama bin Laden, líder de Al Qaeda, en mayo de 2011, desmontar una buena cantidad de atentados extremistas en el territorio nacional y debilitar al EI en Iraq y Siria, EE.UU. siguió las barridas.

El infame caudillo del EI, Abu Bakr al-Baghdadi, fue eliminado en octubre de 2019. En julio último, Ayman Al-Zawahiri, cabecilla de Al Qaeda, fue abatido en un ataque aéreo con dron realizado por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU.

El empeño antiterrorista convocado por el presidente estadounidense George Bush tras los incidentes de aquel 11 de septiembre consumió de 6,4 a ocho billones de dólares de la mayor economía del mundo, principalmente asignados a las batallas en Iraq, Siria, Afganistán, Pakistán, Yemen y África.

Demasiado concentrado en el frente afgano, hasta el 31 de agosto de 2021 el ejército del país norteamericano terminó su replegando de ese país luego de 20 años de dispendiosa guerra en la nación de Asia Meridional.

Aunque Washington anunció el fin de su misión militar en ese Emirato Islámico y erradicó guaridas de organizaciones terroristas en varias partes, las amenazas a la seguridad de sus intereses y de los aliados están latentes.

En un contexto en que existen aún grupos extremistas en varias formas, la nación norteamericana se encuentra en una prolongada lucha.

A lo largo de los años, los extremistas armados “inspirados” por los yihadistas en semilleros de Irak, Siria y Libia aparecieron como hongos después de la lluvia, a quienes llaman “lobos solitarios”, y cometieron numerosos ataques terroristas. EE.UU. enfrenta el gran desafío de continuar cultivando capacidades para hacer frente a una serie de amenazas.

En noviembre de 2001, EE.UU. aprobó el establecimiento de la Administración de Seguridad en el Transporte, responsable de inspeccionar los aeropuertos y abordar la cuestión de seguridad. La Estrategia Nacional Contra el Terrorismo de 2018 y la Estrategia Nacional de Lucha contra el Terrorismo Doméstico, publicada en junio de 2021, son considerados nuevos pasos efectivos del país en dicho intento.

En paralelo con la distribución de fuerzas para lidiar con el terrorismo en diferentes rincones del planeta, EE.UU. refuerza la seguridad interna cambiando desde las regulaciones aeroportuarias hasta las relativas a la vida diaria como el tránsito o la entrada y salida de los edificios. Luego de la retirada de Afganistán, el presidente Joe Biden se comprometió a mantener los esfuerzos antiterroristas no solo allí, sino también en cualquier otro sitio.

El siniestro del 11 de septiembre ha dejado heridas tan profundas que la mayor potencia mundial está inquieta. A pesar de su declaración de éxito en cuantiosas operaciones, la lucha contra el terrorismo del país norteamericano se prolonga y permanece entre sus mayores preocupaciones.