Camino espinoso para Bélgica, nuevo presidente de Consejo de la UE

Bélgica asume desde el 1 de enero de 2024 la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea (UE). Durante los seis meses de ejercicio del cargo deberá encarar cuestiones acuciantes como la oleada migratoria, la expansión de la UE, las consecuencias del cambio climático y los conflictos en Ucrania y   Oriente Próximo.
El primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, enuncia las prioridades de su país durante este mandato de presidencia de la UE. (Fotografía: Belga)
El primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, enuncia las prioridades de su país durante este mandato de presidencia de la UE. (Fotografía: Belga)

Las prioridades de Bruselas durante este mandato, su decimotercero, se publicaron hace unas semanas. Según el Primer Ministro Alexander De Croo, la protección de los ciudadanos, la consolidación de las relaciones y la ampliación de la UE ocupan un lugar destacado en la agenda del país europeo. Los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, los trastornos climáticos y la desinformación son también asuntos relevantes a resolver.

En comparación con 2010, la última vez que Bélgica desempeñó este cargo, Europa y el mundo en su conjunto han vivido grandes cambios. Se trata de las réplicas del Brexit, la recuperación posCovid-19, el impacto de los conflictos, el cambio climático y las tecnologías emergentes. Mientras, su actual mandato coincide con un acontecimiento de la UE, las elecciones al Parlamento Europeo (PE).

Al hablar con la prensa, la ministra belga de Asuntos Exteriores, Hadja Lahbib, enfatizó que los próximos seis meses realmente son un “período clave” de la UE. Funcionarios belgas indicaron que Bruselas anhela una mejor protección ciudadana y una cooperación más estrecha, amén de preparar un mejor futuro a los ciudadanos.

La migración es uno de los focos que el país ha priorizado para su resolución, con el objetivo de consolidar la confianza entre los Estados miembros y garantizar una gestión eficaz de los flujos de éxodo. En los primeros 11 meses de 2023, al menos 355 mil 300 personas entraron ilegalmente en el territorio del bloque, lo que supone un 17 por ciento más que en el año anterior y la cifra más alta desde 2016.

Últimamente, los Veintisiete alcanzaron un acuerdo crucial sobre reformas de sus políticas de inmigración. Estas incluyen fomentar la detección de migrantes ilegales, establecer centros de detención fronterizos y acelerar la deportación de solicitantes de asilo rechazados.

En opinión de funcionarios belgas, pese a la aprobación del pacto, la migración sigue siendo un desafío pertinaz para la UE. La pobreza, los conflictos y los desastres naturales en los puntos de partida del nuevo éxodo son la raíz del problema.

Otra tarea importante es avanzar en las negociaciones sobre la revisión del marco presupuestario para el periodo 2021-2027 y el presupuesto de la UE en 2024, tanto más cuanto que el mecanismo apunta a la ampliación. En una cumbre reciente, los Estados miembros acordaron iniciar las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia. El proceso de ampliación nunca ha sido fácil, pues los candidatos deben cumplir plenamente los criterios del mecanismo sobre democracia, economía de mercado y Estado de Derecho.

En junio próximo, más de 400 millones de votantes en los 27 países de la UE seleccionarán a los nuevos titulares de unos 700 escaños del PE, quienes se encargarán de supervisar la legislación europea durante el próximo lustro.

En calidad del presidente del Consejo del bloque, Bélgica necesita “esprintar” para ultimar los documentos legislativos afines antes de la cita. Según los medios, el reino debe completar más de un centenar de textos principales antes de finales de abril.

Bélgica ha comenzado su mandato encarando una serie de problemas espinosos. Pero los retos también plantean al país, uno de los fundadores de la UE, la oportunidad de reafirmar su posición y continuar aportando a la construcción de la UE en la nueva época.