Riesgos para la seguridad alimentaria en contexto de conflicto Rusia-Ucrania

Aumentos continuos de los precios mundiales de los alimentos en el contexto del conflicto Rusia-Ucrania y las sanciones que conllevó han exacerbado la interrupción en las cadenas de suministro, originalmente suspendidas a causa de la pandemia. Las Naciones Unidas y organizaciones multilaterales llamaron a coordinar acciones urgentes destinadas a reducir los riesgos y prevenir una eventual inseguridad alimentaria.

Gente haciendo la compra en un supermercado en Omsk, Rusia, el 18 de febrero. (Fotografía: Reuters)
Gente haciendo la compra en un supermercado en Omsk, Rusia, el 18 de febrero. (Fotografía: Reuters)

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, los precios de los alimentos establecieron un nuevo récord en marzo, parcialmente debido a las interrumpidas exportaciones de cereales y aceite.

Rusia y Ucrania lideran la exportación mundial de maíz, trigo, cebada y aceite de girasol, por lo que las tensiones bilaterales han estancado los envíos de esos granos, indicó la entidad.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) estimó que los cereales cultivados por Rusia y Ucrania representan un seis por ciento de la producción global y sus ventas al exterior un 16 por ciento del total mundial. Los dos países también figuran entre los principales proveedores de fertilizantes y pienso del planeta.

El servicio de noticias Bloomberg evaluó que el comercio global de cereales corre un alto riesgo de interrupción por falta de los suministros de Rusia y Ucrania. Esta tal vez será una de las consecuencias más graves del enfrentamiento armado en cuestión.

Expertos pronosticaron que sería poco posible entregar hasta la mitad del monto de maíz que Ucrania planeaba exportar, pues los envíos desde ese territorio y la vecina Rusia son cada vez más difíciles. Tal realidad agrava aún más las preocupaciones por la seguridad alimentaria.

En vísperas de las Reuniones de Primavera de las Juntas de Gobernadores de sí mismo y del Grupo del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió el 13 de abril una declaración conjunta con el Banco Mundial (BM), la OMC y el Programa Mundial de Alimentos instando a accionar con urgencia. El texto indicó: El mundo se ve sacudido por crisis que se agravan. Las consecuencias de la guerra en Ucrania se suman a la actual pandemia de Covid-19, lo que desencadena la escasez de suministros y el alza de los precios de artículos básicos y empuja a millones de personas vulnerables a la pobreza. La amenaza es mayor para los países más pobres con una gran parte del consumo de alimentos importados. Aquellas naciones en vías de desarrollo y de ingresos medios, que albergan la mayoría de los pobres del mundo, también se vuelven más frágiles.

Las cuatro organizaciones multilaterales hicieron un llamamiento a apoyar a los países a través de acciones coordinadas que van desde la provisión de suministros de alimentos de emergencia, el apoyo financiero, el aumento de la producción agrícola y el impulso del comercio.

Ratificaron el compromiso de combinar experiencias y financiamiento para acelerar sus políticas solidarias, sobre todo las que atienden las necesidades financieras urgentes. Además, confirmaron su capacidad de mitigar las presiones sobre la balanza de pagos, reforzar el trabajo con todos los países para mantener abiertos los flujos de libre comercio, evitar las restricciones para la exportación y monitorear los huecos en las cadenas de suministro.

De acuerdo con la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en el mundo hay más de 275 millones de personas que encaran una inseguridad alimentaria aguda. El objetivo emergente de las próximas citas entre el FMI y el Grupo del BM será buscar medidas factibles para respaldar a los países y la población pobre que gasta una mayor proporción de sus ingresos en comida. En particular, los bancos multilaterales de desarrollo mantendrán e intensificarán el financiamiento para fortalecer la producción nacional de alimentos, propulsar el comercio y mejorar el sistema de abastecimiento de esos productos.

Al sugerir formas para solucionar la insuficiencia global de alimentos y aliviar la presión generada con el alza de precios, especialistas opinaron que diversificar las fuentes de suministro es la opción adecuada en el actual contexto. Los planificadores de políticas y las organizaciones multilaterales pueden coordinarse para buscar y distribuir reservas sobrantes a los países vulnerables.

La asignación presupuestaria para aumentar la productividad y las campañas de sensibilización contra el desperdicio de alimentos, tanto en la producción como en el consumo, constituyen maneras útiles para amortiguar el “choque” en materia de suministro y del precio de los comestibles.