Esta declaración supone un hito histórico en el proceso de integración del país balcánico, ya que le brinda la oportunidad de convertirse en el 21º miembro de la zona del euro en 2026. Por otro lado, contribuirá a reforzar el estatus de esa moneda en el sistema monetario internacional.
La incorporación a este mecanismo de la Unión Europea (UE) ha resultado ser un arduo proceso para Bulgaria. Los Estados del bloque deben cumplir estrictas condiciones relacionadas con las finanzas públicas, las tasas de interés a largo plazo, los límites de inflación y los tipos de cambio. Aunque, desde que se afilió a la Unión en 2007, empezó a trabajar para convertir la leva, su moneda, al euro, Bulgaria ha tropezado con obstáculos sucesivos debido a una pertinaz inflación y la prolongada inestabilidad política.
A pesar de las adversidades, el país perseveró en ajustar su economía y cumplir condiciones estrictas, y finalmente recibió el visto bueno de la CE. Según el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea, Sofía ha cumplido todos los criterios necesarios.
Cabe señalar que su tasa de inflación en los últimos doce meses disminuyó hasta el 2,7 por ciento, por debajo del umbral de referencia del 2,8 por ciento. Las evaluaciones positivas de la CE demuestran el progreso en los esfuerzos de reforma del país, aseveró el primer ministro búlgaro, Rosen Zhelyazkov. Si los próximos pasos de ratificación transcurren sin contratiempos, la nación se convertirá en un miembro de la eurozona el 1 de enero de 2026, tras años de espera.
No es casualidad el esmero con que Sofía trabajó para lograr dicha convergencia económica. El euro, un símbolo tangible de la fuerza y la unidad de Europa, tal y como subrayó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, actuará como un impulso crucial para la economía búlgara. De hecho, alrededor de 341 millones de habitantes de los 20 Estados de la UE que integran la zona euro pagan con euros. La divisa también ha demostrado ser bastante estable y cada vez más utilizada por bancos de todo el mundo como moneda de reserva.
Por tales razones, la pertenencia a la Eurozona facilitará el comercio transfronterizo, aumentará la transparencia de los precios, reducirá los costes de cambio, atraerá inversiones extranjeras y generará impulso para el turismo, ya que se espera la llegada de más europeos. Además, Sofía tendrá acceso a las medidas de apoyo financiero del BCE y podrá participar en la adopción de cualquier política monetaria del bloque.
Los citados beneficios son de vital importancia para la economía búlgara, que tiene aproximadamente 6,4 millones de habitantes. Con bajos salarios promedio y altas tasas de pobreza, este país danubiano es el más pobre de la UE. Al igual que otros miembros del bloque continental, lidia con los impactos negativos de las fluctuaciones del comercio mundial.
La adhesión de Bulgaria también es significativa para la eurozona, que lleva años estancada con un escaso crecimiento.
La economía regional se enfrenta a consecuencias impredecibles a raíz de las tensiones comerciales con Estados Unidos. En este contexto, la incorporación de Bulgaria como nuevo miembro evidencia que el euro sigue siendo atractivo y desempeña un papel fundamental en el desarrollo común de la región.
Paralelamente, dado que numerosos Estados miembros de la UE no están de acuerdo en asuntos relativos al comercio, la diplomacia y la defensa, entre otros, la ampliación de la zona del euro contribuirá a consolidar la confianza de cada Estado miembro, así como la solidaridad y la unidad de la Unión Europea y, en particular, de la zona del euro.
Afiliarse es solo el primer paso. Bulgaria aún tiene mucho por hacer en el futuro. Según el comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, para lograr una integración exitosa, el país debe tomar medidas drásticas y continuas para mejorar la competitividad de su economía y garantizar el cumplimiento de las normas relacionadas con el límite de la deuda pública y el déficit presupuestario. Aunque le esperan desafíos, la puerta ha quedado abierta para Bulgaria hacia la integración y un desarrollo económico sostenible.