Hungría es una de las primeras naciones en adoptar esta medida para proteger el medioambiente mediante un aumento de la tasa de impuestos para productos de embalaje de plástico. En los últimos seis años, en este país europeo se ha reducido el uso de bolsas de plástico de unas 170 piezas per cápita a sólo 80.
Según los científicos, estas bolsas residuales son uno de mayores causantes de la contaminación ambiental, especialmente en el ambiente oceánico.
Se pronostica que en 2025, en el océano por cada tres toneladas de pescado habrá una tonelada de desechos plásticos. Como estos residuos tardan más de 400 años en descomponerse, son muy peligrosos porque no solo causan daños al medioambiente, sino que también damnifican la economía así como a la salud humana.
En 2017, la ONU declaró la guerra contra el plástico en los océanos. Actualmente, muchos países han adoptado medidas radicales para reducir la cantidad gigante de los desechos plásticos tales como prohibir las bolsas de plástico de un solo uso, imponer impuestos a productos plásticos…, en paralela con promover las campañas de sensibilización ambiental a los habitantes e invertir en investigaciones del tratamiento de los residuos plásticos.