Consecuencias del Covid-19 persistente

La mayoría de los pacientes con Covid-19 persistente (Long Covid en inglés) puede ver deteriorada su calidad de vida hasta 15 meses después de padecer de la enfermedad. Aunque crece el control sobre la pandemia, sus secuelas, pertinaces y graves, aún impiden a la gente retomar su ritmo de vida diaria y amenazan con demorar la recuperación económica.

El Covid-19 causa el síndrome ‘niebla cerebral’ después de la recuperación. (Fotografía: Gettyimages)
El Covid-19 causa el síndrome ‘niebla cerebral’ después de la recuperación. (Fotografía: Gettyimages)

Taquicardia cada vez que se pone de pie, frecuente cansancio y dolor de cabeza son síntomas que vive una estudiante de bachillerato en la prefectura de Kanagawa (Japón) desde que padeció el mal en abril pasado. En declaraciones al periódico Asahi Shimbun, la muchacha, frustrada, dijo que siempre se pregunta por qué la aparición de esas espantosas condiciones. Sus requiebros de salud le impiden participar en los clubes escolares.

Se trata de un estado común entre numerosas personas con Covid-19 persistente, que ha afectado gravemente tanto su vida profesional como privada. El médico Koichi Hirahata, de la capital japonesa, Tokio, señaló que los pacientes, entre ellos una significativa proporción de jóvenes, tienen que descansar durante días debido a las afecciones prolongadas del nuevo coronavirus.

Según una investigación de científicos estadounidenses, la mayoría de afectados padecen de niebla cerebral, entumecimiento en las extremidades, dolor de cabeza, vértigo, visión borrosa, acúfeno y fatiga en un promedio de 15 meses después de contagiarse. Esta prueba que, con secuelas persistentes para varios sistemas del cuerpo humano, el síndrome es realmente una amenaza a la salud global, ocultas detrás de la pandemia. Quienes lo experimenten aún podrían sufrir problemas psicológicos y caer en depresión.

A medida que los sectores económicos están listos para recibir un “nuevo soplo de vida” para acelerar la rueda de recuperación y desarrollo, varios países corren el riesgo de escasez de mano de obra. Según el Instituto Certificado de Personal y Desarrollo Británico, un 25 por ciento de los reclutadores consultados dijeron que el Covid-19 prolongado es una de las causas principales de la larga ausencia de sus empleados.

La aviación del Reino Unido igualmente tuvo dificultad sustituyendo bajas en la plantilla en abril último. Aerolíneas como British Airways y easyJet se vieron obligadas a cancelar decenas de vuelos porque numerosos de sus tripulantes estaban ausentes por el Covid-19.

La Organización Internacional del Trabajo evaluó que la virulenta enfermedad continuará ocasionando un grave desempleo en el mundo y que tardará hasta un par de años para que el nivel de colocación recupere al previo a la pandemia. De acuerdo con el organismo, en 2022 el número de horas trabajadas se reducirá dos por ciento comparando con el registrado en 2019, equivalente a la pérdida de 52 millones de puestos laborales.

De momento, los científicos siguen buscando la solución a las afecciones posteriores al Covid-19. La Organización Mundial de la Salud las consideran un “lado oculto” de la pandemia, que necesita estudiarse más profundamente. Las prácticas muestran que con cada vez más personas vacunadas, disminuyen los daños a raíz del letal patógeno, incluidos los síntomas prolongados.

Científicos norteamericanos opinaron que la vacunación ayuda a bajar un 15 por ciento al riesgo de sufrir dicho fenómeno. Sin embargo, el tratamiento a esos casos es todavía espinoso debido a la insuficiencia de datos sobre sus causas. En el futuro cercano, para lidiar con la demanda de recursos humanos en el mercado y proteger los derechos de los trabajadores, el presidente norteamericano, Joe Biden, encargó al Departamento de Salud y Servicios Humanos trazar un plan de acción nacional acerca del Covid-19 persistente.

Las incorrectas e incompletas percepciones en torno al referido síndrome conllevarán a fallas en el tratamiento, amenazarán con malgastar los recursos humanos y ensombrecerán las perspectivas de la recuperación global. Por lo tanto, los sistemas de salud deben acelerar la planificación de hojas de rutas para un tratamiento adecuado y exhaustivo, a fin de mitigar la influencia de la pandemia.