Una oportunidad que no debe perderse para poner fin al conflicto en Yemen

El alto el fuego logrado con tanto esfuerzo ofrece raros momentos de paz en Yemen. El enviado especial de las Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, pidió a las facciones rivales del país de Oriente Próximo comprometerse de forma seria a mantener la tregua, facilitar la ayuda humanitaria y allanar el camino para las conversaciones de paz en aras de poner fin a ese conflicto de larga data en la empobrecida nación de la península arábiga.

Soldados de las fuerzas progubernamentales yemeníes luchan con combatientes hutíes en Marib, Yemen. (Foto: AFP/VNA)
Soldados de las fuerzas progubernamentales yemeníes luchan con combatientes hutíes en Marib, Yemen. (Foto: AFP/VNA)

El alto el fuego negociado por la ONU está contribuyendo a una reducción significativa de las hostilidades en Yemen. No ha habido nuevos informes de ataques aéreos o transfronterizos entre los rebeldes hutíes y las fuerzas del gobierno yemení con el respaldo de la coalición árabe.

La coalición liderada por Arabia Saudita anunció el cese de los ataques aéreos contra objetivos hutíes en Yemen en apoyo a los esfuerzos de paz. Fueron suspendidas todas las operaciones militares aéreas, terrestres y marítimas. La tregua permite que los petroleros sean anclados en los puertos de Hodeidah, así como los aviones comerciales que despeguen y aterricen en el aeropuerto de Saná.

Después de una reciente visita a la capital de Saná, que está controlada por los hutíes en Yemen, el diplomático sueco Hans Grundberg advirtió que el alto el fuego enfrentará desafíos. Los petroleros han atracado en el puerto de Hodeidah bajo uno de los términos de la tregua, ayudando a calmar la crisis de combustible en Saná y otros lugares. La ONU también está trabajando para acelerar la reanudación de los vuelos comerciales desde el aeropuerto de Saná después de seis años de suspensión, así como reabrir rutas clave en Taiz y otras provincias yemeníes.

Ahora es el momento oportuno para impulsar soluciones políticas en Yemen, ya que el presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi transfirió el poder al recién creado Consejo Presidencial para allanar el camino hacia las conversaciones de paz con los hutíes. El Consejo Presidencial se comprometió a cumplir la iniciativa de 2011 del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG), los resultados de la Conferencia de Diálogo Nacional, las resoluciones de las consultas sobre Yemen mediadas por el CCG en Riad, así como las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

El jefe del Consejo Presidencial yemení, Rashad Al-Alimi, afirmó en un comunicado que hará esfuerzos para poner fin a la guerra, restaurar la paz en el país, priorizar los intereses nacionales y trabajar para resolver los desafíos políticos, económicos, sociales y de seguridad. Destacó que el Consejo Presidencial es un organismo de paz, encargado de proteger la soberanía del país y el pueblo yemení.

El conflicto en Yemen estalló en 2014, cuando las fuerzas hutíes tomaron Saná, la capital, y gran parte de la región norteña, lo que obligó al gobierno yemení reconocido internacionalmente a retirarse a la ciudad sureña de Adén.

En 2015, la coalición árabe intervino militarmente en la nación para restaurar al gobierno. El prolongado conflicto se cobró la vida de más de 150 mil personas y desplazó a millones. La guerra provocó una terrible crisis humanitaria. Hasta la fecha, las minas terrestres han matado y herido a miles de yemeníes, han destruido aldeas y granjas y han impedido el regreso a casa de los desplazados.

Tras sufrir graves daños durante muchos años de guerra, Yemen pasa por los momentos más pacíficos después de activado el alto el fuego. Aunque subsisten muchos desafíos para el pleno cumplimiento de los compromisos de los bandos rivales, esta es una excepcional oportunidad que las partes no pueden dejar pasar a fin de propiciar las negociaciones y encontrar una solución política al conflicto.