Aliviada preocupación por la escasez de vacunas

Que Covax, el mecanismo de acceso global a las vacunas contra el Covid-19, actualmente tiene más de 300 millones de dosis sobrantes es una noticia positiva para el mundo y especialmente para los países pobres. Sus preocupaciones por el escaso acceso a fuentes de antivirales podrían ser aliviadas.

Descargan las vacunas distribuidas bajo el mecanismo Covax en Costa de Marfil. (Fotografía: Reuters)
Descargan las vacunas distribuidas bajo el mecanismo Covax en Costa de Marfil. (Fotografía: Reuters)

La Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi), que codirige Covax junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunció que en enero tenía 436 millones de vacunas para asignar a los países.

Sin embargo, las naciones de bajos ingresos solo solicitaron 100 millones de dosis para su distribución a fines de mayo, dando como resultado un exceso de hasta más de 300 millones de dosis.

Se trata de la primera vez en 14 rondas de colocación de dichos fármacos de Covax en que la oferta supera la demanda. Gavi declaró que el programa dispone de un stock suficiente para satisfacer la actual demanda, pero también admitió que la distribución todavía enfrenta dificultades, particularmente en algunas naciones menos desarrolladas. Numerosos países se muestran reacios a recibir más dosis de vacuna puesto que su sistema de la salud es incapaz de desplegar una campaña de inmunización rápida y masiva.

En 2021, la mayoría de los pedidos de vacunas procedieron de países desarrollados. Según estadísticas, solo un 30 por ciento de la población en las regiones pobres fue inyectado, cifra mucho menor que el 70 por ciento de las más ricas.

No obstante, ante el aumento del abastecimiento y las donaciones, las naciones de bajos ingresos se rascan la cabeza buscando soluciones para problemas peliagudos como la carencia de dispositivos especializados en conservación en frío, escasos recursos financieros para las redes de distribución y el inepto sistema sanitario que no es capaz de desplegar una rápida campaña de vacunación.

Una encuesta realizada en enero último por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) apunta que más de dos años del estallido de la pandemia dejaron al descubierto la paupérrima infraestructura médica en 44 de los 55 Estados miembros de la Unión Africana.

De ellos, 24 reportaron escasez de refrigeradores, 18 necesitaban congeladores y 16 no tenían suficientes cámaras frigoríficas, aunque Unicef había entregado a casi 70 países más de 800 congeladores de cadena ultrafría y 52 mil refrigeradores para conservar vacunas.

La OMS ha advertido otra vez que si bien los países ricos van reactivando su economía empeñados en la adaptación segura al Covid-19, el lento progreso de la vacunación en los territorios pobres dará al coronavirus la oportunidad de seguir mutando y potencialmente crear variantes nuevas y peligrosas.

De cualquier modo, las copiosas fuentes de inmunizantes ayudan a aliviar las preocupaciones por la virulenta enfermedad, en un contexto en que numerosos países se aprestan a reabrir fronteras, recuperar la economía y el turismo y llevar a los alumnos de vuelta a las escuelas.

Entre los mismos, Cuba emerge como puntal del enfrentamiento a la pandemia y de la cobertura de vacunación. La Isla de la Libertad es uno de los pocos países casi inmunizados a la variante Ómicron, pues su población pediátrica está plenamente vacunada. Ya en septiembre de 2021 el Estado dio luz verde a la administración de las vacunas de producción doméstica Soberana 02 y Soberana Plus a los ciudadanos de entre dos y 18 años.

Un poco más tarde que la nación caribeña, Australia aplica a partir del 24 de febrero la vacuna Spikevax, desarrollada por la empresa estadounidense Moderna, a los niños de entre seis y 11 años. Se trata del segundo antiviral, tras el de Pfizer, autorizado por el país oceánico para los menores 12 años.

Considerando la alta cobertura de vacunación en su territorio, el gobierno del estado australiano de Nueva Gales del Sur decidió eliminar desde el próximo día 28 la obligación de llevar mascarilla para los maestros y estudiantes de bachillerato y que los centros docentes volverán a la “nueva normalidad” la semana venidera por el “sumamente bajo” riesgo de propagación en las escuelas.

Otra buena noticia fue dada a conocer por la OMS, cuyos expertos, basándose en las investigaciones clínicas en países, evaluaron que el sublinaje BA.2 de Ómicron, también conocido como la “Ómicron sigilosa”, no es más grave que el original BA.1. Observando muestras de pacientes en varias naciones, apuntaron que es nula diferencia en gravedad entre el BA.1 y el BA.2. La conclusión es de vital importancia porque las infecciones por estas dos subvariantes continúan al alza en muchos territorios.

La pandemia de Covid-19 no deja de ensombrecer al mundo, pero con abundantes suministros, alta tasa de cobertura de vacunación y el criterio de que el virus SARS-CoV-2 es nada más que una influenza normal, numerosos países han desbloqueado fronteras, reabierto escuelas y reinstaurado el turismo y el sector socioeconómico.