Las sombras de la pandemia

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recientemente publicaron informes en los cuales señalan una serie de graves problemas sobre los sustentos de vida y el futuro planteados hacia las mujeres y los niños bajo el contexto de la severa y prolongada pandemia.

Los niños van convirtiéndose en el grupo más vulnerable bajo los impactos de la pandemia. (Fotografía: OMS)
Los niños van convirtiéndose en el grupo más vulnerable bajo los impactos de la pandemia. (Fotografía: OMS)

En su informe más reciente, la OIT advirtió que las mujeres sufren impactos mucho más graves de la desocupación causada por el Covid-19 en comparación con los hombres, particularmente las que se dedican a sectores como alojamiento, servicios de alimentación y producción.

Entre 2019 y 2020, notificó la entidad, el empleo femenino cayó un 4,2 por ciento y esto condujo a un fuerte descenso de los ingresos de este grupo. En 2021, a nivel mundial, solo un 43,2 por ciento de las mujeres en edad laboral encontrarán trabajo, frente a un 68,6 por ciento en el caso del sexo opuesto.

La pandemia de Covid-19 también provoca varios problemas para otro grupo desaventajado en la sociedad, los niños. La directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, mostró su preocupación por el hecho de que los pequeños tienden a ser los más vulnerables debido a la pandemia, pues muchos de ellos corren el riesgo de perder el cuidado parental porque sus padres fallecieron, están gravemente enfermos o enfrentan dificultades financieras. La tasa de mortalidad por el nuevo coronavirus al alza en algunos países se traduce en que más niños corren el riesgo de perder a sus allegados y vivir en inestabilidad y desamparados.

Aparte de ello, Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtieron que otra “tormenta” devastadora se está acercando, es decir, que millones de infantes podrían contraer el sarampión y otras enfermedades mortales porque la labor de inoculación al respecto quedó interrumpida por el Covid-19. El mundo cuenta ahora con hasta 23 millones de menores que no recibieron las vacunas básicas a través de los servicios de inmunización sistemática, la cifra más alta registrada en los últimos más de 10 años.

Dicha realidad plantea un quehacer urgente de que los Gobiernos de los países, al lado de realizar la tarea “luchar contra la pandemia como contra el enemigo”, todavía necesiten destinar una apropiada fuente de recursos tanto materiales como espirituales a apoyar a las mujeres, sobre todo las madres con hijos pequeños, y a los niños que perdieron a sus padres durante esta crisis sanitaria.

Si no se ocupan inmediatamente de esas sombras en medio de la pandemia, serán duraderas y extremadamente severas sus consecuencias sobre la sociedad, relacionadas con la desigualdad de género o que los niños se vean obligados a abandonar su estudio y se queden sin hogar, entre otros aspectos.