Al destacar la mejora de las perspectivas económicas de Estados Unidos en su discurso sobre el Estado de la Unión del 8 de febrero, el Presidente Joe Biden afirmó que no cree que la primera economía mundial entre en recesión este año o el próximo.
Según el inquilino de la Casa Blanca, las estadísticas muestran que la economía estadounidense ha dado signos alentadores en los últimos meses, tras registrar una inflación que se disparó en el verano de 2022 a un nuevo máximo de 40 años.
Durante una entrevista para la cadena ABC, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, habló de indicios de recuperación de la economía estadounidense. “No hay recesión cuando existen 500 mil puestos de trabajo y la tasa de desempleo más baja en más de 50 años”, señaló.
Afirmó que se espera que la inflación se ralentice en gran medida y que la economía se mantenga fuerte.
Indicó que la inflación sigue siendo demasiado alta, pero ha estado desacelerándose durante los últimos seis meses y podría disminuir mucho más gracias a las medidas adoptadas por el gobierno de Biden, incluidas algunas para reducir el costo de la gasolina y los medicamentos por receta.
Antes, el Departamento del Trabajo informó que en diciembre se crearon 517 mil nuevos puestos de trabajo, superando las estimaciones de los economistas, y que el desempleo cayó a un 3,4 por ciento, el nivel más bajo desde 1969.
Según cifras publicadas a finales de enero pasado por el Departamento de Comercio de EE.UU., la economía de ese país creció 2,1 por ciento, una desaceleración respecto a 2021.
En términos anuales, el crecimiento económico en el cuarto trimestre fue del 2,9 por ciento, cuando analistas coincidieron en un 2,6 por ciento. Este es el segundo trimestre consecutivo que la economía estadounidense registró un crecimiento después de dos trimestres de caída.
Los expertos advirtieron que, empero, la economía número uno del mundo aún enfrenta grandes desafíos. A corto plazo, es probable que la Reserva Federal de EE. UU. (FED) tenga que subir las tasas de interés este año.
Los analistas evaluaron que, con las recientes señales positivas del mercado laboral, probablemente la FED continuará elevando las tasas de interés en su próxima reunión, a celebrarse en marzo venidero.
Citado por la agencia AP el 7 de febrero, el presidente de la FED, Jerome Powell, dijo que si el mercado laboral nacional se consolida más en los próximos meses, o si la tasa de inflación aumenta con celeridad, el ente incrementaría tipo de interés de referencia a un nivel más alto de lo esperado.
Según expertos, aunque la inflación ha remitido, sigue siendo un problema crítico para la economía estadounidense. En 2022, el Índice de precios al consumidor registró un alza mensual del 5,1 por ciento en 2022.
La FED busca bajar la tasa de inflación anual al dos por ciento, pero algunos economistas son escépticos respecto a su capacidad para lograr esta meta sin llevar a la economía a una recesión.
Otro tema preocupante es el techo de la deuda pública, que agrava el riesgo de insolvencia de la administración federal. EE.UU. alcanzó su límite de endeudamiento en enero de 2023, por lo que el Departamento del Tesoro comenzó a tomar medidas especiales para evitar la insolvencia.
Janet Yellen pidió la semana pasada al Congreso que eleve el límite de endeudamiento y advirtió que, de lo contrario, se crearía “un desastre económico y financiero”. Además de los tres desafíos antes mencionados, están los “vientos en contra” a escala global como las relaciones más tensas entre EE.UU. y China; el conflicto entre Rusia y Ucrania y las turbulencias de la economía mundial, todo lo cual seguirá planteando serios desafíos a la economía estadounidense durante 2023.
Las perspectivas y los desafíos de la mayor economía del planeta reflejan en parte el panorama de la economía global. Si EE.UU. no gestiona con eficacia sus asuntos nacionales e internacionales para abordar los citados riesgos, enfrentará más problemas, lo que repercutirá también sobre la economía mundial en el futuro inmediato.