Centroamérica: punto caliente difícil de enfriar

América Central es actualmente un "punto caliente" en el mapa de la migración global por la gran cantidad de personas que cruzan la peligrosa selva del Darién con destino final a los Estados Unidos. La sombría realidad del panorama migratorio muestra que resolver de raíz este problema es sumamente difícil y requiere mucho tiempo y esfuerzo de la comunidad internacional.

Migrantes en Huixtla, estado mexicano de Chiapas, se mueven a los Estados Unidos. (Fotografía: AFP/VNA)
Migrantes en Huixtla, estado mexicano de Chiapas, se mueven a los Estados Unidos. (Fotografía: AFP/VNA)

En los últimos meses, Centroamérica ha registrado tristes récords en materia de migración. Según estadísticas oficiales, en 2021 más de 133 mil migrantes atravesaron la selva del Darién en busca del “sueño americano”, tanto como en toda la década anterior. Solo en el primer trimestre de 2022, 13 mil 425 personas transitaron por esa ruta, más que duplicando los cinco mil 622 registrado en el mismo período del año pasado. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha dado la alarma en las Américas sobre los desafíos en la ayuda humanitaria a los migrantes.

Situada en la frontera entre Colombia y Panamá, la selva del Darién es considerada uno de los lugares más peligrosos del planeta debido a su duro entorno natural, terreno accidentado y numerosas especies de animales salvajes, a lo que se unen las acciones de bandas criminales. Pese a todas estas adversidades, muchos migrantes, incluidos niños, emprenden el arduo viaje a través de este bosque hacia la tierra prometida. El Fondo de las Naciones Unidas (ONU) para la Infancia anunció que solo en los primeros nueve meses de 2021, unos 19 mil niños cruzaron a pie la frontera entre Colombia y Panamá a través de Darién. Este es un máximo histórico.

La inseguridad alimentaria, una de las graves “enfermedades" de América Latina, se ha visto exacerbada por la pandemia de Covid-19 y el conflicto Rusia-Ucrania. La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación advirtió que la pobreza en esta región llega a su nivel más alto de los últimos 15 años. El número de personas desnutridas en Latinoamérica y Caribe en el período 2019-2020 alcanzó los 59,7 millones. La vorágine de pobreza, violencia, epidemias y desastres naturales ha obligado a la gente a abandonar su tierra natal.

Se pronostica que en 2022 la administración del presidente estadounidense, Joe Biden seguirá bajo una gran presión, en particular en materia migratoria. Cuando asumió el cargo, el gobernante firmó una serie de órdenes ejecutivas que revierten las duras políticas de inmigración y seguridad fronteriza emitidas por su predecesor. El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos admitió que el país va camino de tener que frenar el paso de más personas en la frontera suroeste que en los últimos 20 años. Ante las críticas sobre las políticas al respecto, Biden se mantiene firme en su enfoque humanitario y fortalece las medidas para abordar la ola migratoria en "el punto de partida".

Considerando que el tema migratorio no atañe a un solo país, sino que requiere de la cooperación y apoyo de la comunidad internacional, Estados Unidos ha hecho grandes inversiones en Centroamérica para mejorar las condiciones de vida la población para impedir que se conviertan en migrantes.

Recientemente, Estados Unidos firmó acuerdos para fortalecer la gestión de migración irregular con Panamá y Costa Rica. Junto a México, está expandiendo los programas de bienestar social en naciones centroamericanas como Honduras, Guatemala y El Salvador, en especial, el programa “Jóvenes construyendo el Futuro”, enfocándose en otorgar becas para estudiantes, crear empleos a los jóvenes y mejorar la calidad de la educación.

El representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados en Honduras, Andrés Celis, subrayó que los flujos migratorios reflejan la urgente necesidad de mejorar las condiciones de vida en los países de origen.

Cuando el problema migratorio en Centroamérica se torna cada vez más difícil debido al impacto de la pandemia de Covid-19, es fundamental que la región trabaje en conjunto y cree una estrategia unificada para abordar sus causas más profundas, aunque es poco probable que estas medidas den resultados en poco tiempo.