Expectativas para una nueva fase del desarrollo de Canadá

Mark Carney, recientemente elegido líder del Partido Liberal de Canadá, ha jurado su cargo como primer ministro del país. Sucede a Justin Trudeau en un contexto en que Canadá enfrenta difíciles relaciones con su vecino, Estados Unidos. Se espera que el nuevo líder del país norteamericano aproveche su experiencia en gestión financiera para encarar los desafíos y reactivar la economía.

La victoria absoluta de Mark Carney en la carrera por convertirse en líder del gobernante Partido Liberal no fue nada inesperada. El exgobernador del Banco de Canadá, de 59 años, recibió alrededor del 86 por ciento de los votos, muy por delante del segundo clasificado, que recibió solo el 8 por ciento.

El nuevo primer ministro de Canadá fue calificado por los medios de comunicación como una «estrella» en el ámbito financiero por sus numerosos logros notables, como sus gestiones ante la crisis financiera mundial por la que atravesó Canadá en 2008 y su apoyo al Reino Unido en su salida de la Unión Europea (UE). El profesor Grace Skogstad, de la Universidad de Toronto, evaluó que Mark Carney es un economista de fama internacional y que, en este momento, los canadienses realmente esperan un líder competente.

Su amplia experiencia en gestión financiera y sus profundos conocimientos de la economía global, especialmente la de Europa, fueron factores importantes que ayudaron a Mark Carney a ganar la confianza del electorado para ser elegido líder del Partido Liberal y convertirse en el 24.º primer ministro de Canadá, en un contexto en el que la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, intensifica la presión comercial sobre Canadá.

En su discurso tras alcanzar la victoria, Carney declaró que mantendría los aranceles de represalia contra EE. UU. y utilizaría lo recaudado para apoyar a los trabajadores canadienses. También se comprometió a reforzar la economía nacional y crear nexos comerciales con socios de confianza.

Las relaciones entre EE. UU. y Canadá están en su nivel más bajo debido a los aranceles recíprocos. Todo comenzó cuando la administración de Trump anunció un arancel del 25 por ciento al acero y al aluminio de Canadá.

En una dura respuesta, Canadá presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), solicitando consultas sobre la medida arancelaria de EE. UU., e impuso aranceles a alrededor de 20,6 mil millones de dólares en bienes importados de EE. UU., empujando así la guerra arancelaria entre Washington y Ottawa a un nuevo nivel de tensión. Más allá, en repetidas ocasiones Trump ha declarado su deseo de convertir a Canadá en el estado número 51 de EE.UU., lo que los canadienses consideran una grave amenaza para su soberanía nacional.

Pese a su amplia experiencia en gestionar crisis financieras y comerciales, el nuevo primer ministro de Canadá tiene poca trayectoria política. Muchos opinan que dirigir Canadá en medio de tantos problemas económicos, diplomáticos y políticos internos será muy difícil para Mark Carney.

Además de las dificultades en las relaciones con EE. UU., Canadá también está envuelto en una larga tensión diplomática con la India por acusaciones de interferencia india en la política canadiense y una disputa sobre el movimiento separatista Khalistan. Los lazos entre Canadá y la India se deterioraron significativamente durante el mandato del ex primer ministro Justin Trudeau.

Otro desafío para el nuevo primer ministro canadiense y el Partido Liberal es demostrar su capacidad para dirigir el país y superar las elecciones federales previstas para octubre. Esto es especialmente arduo cuando el apoyo al Partido Liberal está en descenso, mientras el opositor Partido Conservador crece con fuerza y capitaliza la insatisfacción de los votantes con las dificultades económicas.

Justo después de presentar su nuevo gabinete, el primer ministro Carney comenzará a abordar cuestiones económicas y de asuntos exteriores, incluido un viaje a París y Londres la próxima semana para mantener conversaciones con el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer sobre la guerra comercial con EE. UU. A pesar de la gran presión a la que se enfrenta, Carney prometió construir un país mejor y defender resueltamente la soberanía y los intereses de Canadá, satisfaciendo las expectativas de los votantes.